Estos son los autos más seguros de Argentina

El Centro de Experimentación y Seguridad Vial de Argentina (CESVI) -entidad dedicada a la investigación sobre seguridad automotriz conformada por ocho compañías de seguros-, reveló cuáles son los autos más seguros del mercado automotor argentino.

La elección se basó en un Índice de Seguridad que abarca 225 ítems, en los que se tienen en cuenta los niveles de equipamiento y seguridad de los automóviles que se comercializan en el país.

El Toyota Corolla Cross ganó en dos categorías: SUV mediano (que considera a los SUV que miden de 4.50 a 4.70 metros); y en la categoría Auto de Oro. Esta última fue la última en crearse, y evalúa la relación precio-seguridad, precisa La Nación en su informe.

La versión que se llevó el premio fue la 2.0 XLI CVT, que a diciembre del año último valía $3.674.000 en su versión cero kilómetro, y que llega a la Argentina importado de Brasil. Obtuvo un índice de seguridad de 48.86 sobre 100, con 19.10 sobre 42 en seguridad activa, 29.76 sobre 58 en seguridad pasiva y 75.19 en relación precio seguridad. “Marca la diferencia en su segmento porque cuenta con siete airbags (frontales, laterales delanteros, de cortina para ambas plazas, de rodilla para el conductor)”, indicaron desde CESVI.

No es la primera vez que la automotriz japonesa protagoniza los premios Crash Test. En la edición de 2020 había obtenido doble premiación con su modelo chico Yaris.

Con un airbag menos pero varias similitudes con el Corolla Cross, el ganador en la categoría SUV compacto (de 4 a 4.49 metros) fue el Nissan Kicks. El mérito es doble porque el de los SUV compactos es uno de los segmentos más competitivos del mercado automotor local. Aquí, logró el primer lugar gracias al índice precio-seguridad de la versión Sense MT, que en diciembre de 2021 tenía un valor de lista oficial de $2.981.500.

También fabricado en Brasil, en el índice de seguridad obtuvo 37.42 sobre 100, y fue calificado con 11.98 de 42 en seguridad activa, 25.44 de 58 en seguridad pasiva y 79.69 en relación precio-seguridad. A nivel de comportamiento estructural, evaluando su respuesta ante impactos, recibió cuatro estrellas, de las cinco posibles

El Haval H6 se convirtió en el primer vehículo chino en ganar un premio Crash Test. Aunque recién desembarcó en el mercado local, la gama H6 es la familia SUV más vendida del gigante asiático y está en el quinto puesto en ventas dentro del segmento a nivel mundial. La marca pertenece a la automotriz Great Wall Motors, y sus productos llegan al país importados por Great Cars, compañía del Grupo Car One.

Anotó puntos en el índice precio-seguridad con su versión Dignity L/21, que en diciembre de 2021 tenía un valor de lista oficial de $5.064.250. Entre algunos de sus detalles destacados cuenta con una advertencia de cambio involuntario de carril y con una alerta de colisión frontal con frenado autónomo de emergencia, lo cual indica que si no hay una reacción del conductor toma las riendas del asunto y frena solo. En las pruebas de impacto de alta velocidad recibió cinco estrellas, la máxima calificación.

Audi e-Tron: excelencia en seguridad. En la única categoría que no considera el precio, el SUV grande y 100% eléctrico de la marca alemana alcanzó un índice de seguridad de 86.39 sobre 100. En seguridad activa consiguió un puntaje de 38.95 sobre 42 y de 47.44 sobre 58.

Destacan su Control de Velocidad Crucero Adaptativo, Frenado Autónomo de Emergencia, Asistencia de Cambio de Carril, Alerta de Salida y Detector de Tráfico Cruzado. Como el H6, alcanzó las cinco estrellas en las pruebas de alto impacto.

El modelo tiene un sistema mecánico con baterías de iones de litio de 95 kWh que alimentan a dos motores eléctricos ubicados uno en cada eje. Entrega 408 CV de potencia y un torque máximo de 664 Nm. A pesar de sus 2595 kilos, acelera de 0 a 100 km/h en 5,7 segundos.

Fuente: Ámbito

Mitos y verdades sobre las baterías de los autos eléctricos

Uno de los grandes interrogantes de la movilidad eléctrica es saber cuánto tiempo vivirán las baterías y qué pasará con ellas cuando llegue ese momento. Si bien existen algunas referencias concretas porque los primeros autos híbridos están cumpliendo 20 años y los primeros 100% eléctricos ya van por 15, todavía sigue siendo un terreno casi desconocido, donde se plantean muchos ideales o teorías de lo que debería pasar, y hay que esperar que el tiempo transcurra para poder comprobarlas.

Lo que sí existe es un conocimiento profundo de la química y de la tecnología que, aplicadas a las baterías, permiten aprender cosas útiles para sacarles mejor provecho, rendimiento y beneficios. Y quizás por esa razón, es que las baterías tienen más larga vida de lo que el imaginario popular cree.

Y a las pruebas hay que remitirse. Nic Thomas, Director de Marketing de Nissan Inglaterra, le dijo a Forbes que “casi todas las baterías que Nissan ha instalado en sus autos eléctricos todavía están allí, y llevamos 12 años vendiendo coches eléctricos”. Y para dar mayor certidumbre de la situación, agregó que “es todo lo contrario de lo que la gente temía cuando lanzamos los vehículos eléctricos por primera vez: que las baterías durarían poco tiempo”.

El Nissan Leaf, lanzado en 2010, lleva vendidos más de medio millón de autos y casi todos siguen circulando con la batería original. “Al final de la vida útil del vehículo, 15 o 20 años más adelante, quitas la batería del automóvil y aún estará en buen estado, con quizás un 60 o 70 % de la carga utilizable”, aseguró.

Otra prueba de esta situación está dada por la garantía que las marcas de autos eléctricos ofrecen para las baterías. La mayoría ha tomado la decisión de asegurar 8 años de uso o 160.000 kilómetros, equivalentes a 100.000 millas. Pero algunos han ido más allá, porque Toyota entrega su modelo UX300e de la marca de lujo Lexus, con diez años o un millón de kilómetros de garantía. Y hace algo similar Mercedes con el EQS, aunque no llega al millón de kilómetros, sino a 250.000, pero mantiene la década de garantía. Incluso Renault, que incursionó con las baterías en 2013 con el modelo Zoe, asegura que hoy, todas ellas siguen funcionando a un 99%, lo que le permitiría extender aún más la vida útil de las mismas.

Todos estos valores, no contemplan un especial cuidado de las baterías. Se calculan simplemente usándolas como cada propietario lo necesite, así como se usa un auto con motor térmico. Pero hay cosas que se pueden hacer para que las baterías perduren más tiempo aun. Varios factores podrían influir en un mejor rendimiento, como la temperatura a que estén expuestas, o el modo de cargarlas y la potencia a las que se las conecte.

Hartung Wilstermann, Ejecutivo de Webasto, proveedor de baterías de Hyundai, asegura que “Una batería envejece más rápido en el Sahara que en la zona templada”, para explicar que el calor reduce la vida de las baterías y el frío es menos perjudicial, más allá de los sistemas de refrigeración que todos los autos eléctricos tienen, e incluso de aislamiento térmico externo que las protege del frío muy intenso.

La otra condición que puede alterar la vida de una batería son los ciclos de carga. “La carga con alta potencia tiende a no ser tan buena para la batería, si no es necesaria”, dice Kai-Philipp Kairies, fundador de Accure, una empresa que monitorea baterías para una de las grandes marcas alemanas de automóviles. Por eso, los especialistas recomiendan comprar autos con baterías grandes, de mayor autonomía, pero no para evitar las pérdidas de tiempo en las estaciones de carga, sino para enchufarla menos veces, y porque las baterías de gran capacidad toleran mejor las cargas rápidas, a las que todo el mundo quiere ir para demorar, si fuera posible, lo mismo que demanda llenar un tanque de combustible hoy en día.

Pero hay otros consejos que Kairies ofrece y que pueden ser vitales para una mejor y más larga vida de una batería de un auto eléctrico. No es aconsejable cargar completamente la batería y luego dejar detenido el auto, por ejemplo, toda la noche. Es como una banda elástica: si mantienes la banda tensa, pierde su flexibilidad mucho más rápido”, le dice el ejecutivo de Accure a AutoBild de Alemania. Lo correcto sería programar el proceso de carga para que la batería esté llena inmediatamente antes de poner el auto en marcha comenzar el día.

Y el mismo ejemplo se aplica al porcentaje de carga que se elige dar a la batería. Enchufarla a la red con un 10% para completarla al 100%, es menos beneficioso que si se la conecta al 30% y se la carga hasta el 70 u 80%. Cuánto más se estira la carga, menos flexibilidad tendrán sus celdas. Aunque tampoco recomiendan cargar solo el 5% en cada oportunidad que sea posible para mantener la carga siempre en el máximo posible. Eso tampoco ayuda por la constante entrada y salida de electricidad.

Con este panorama, no hay tantos misterios y sí una gran certeza: por lo menos habrá que esperar unos diez años para empezar a conocer el resultado del fin de un ciclo.

Fuente: Infobae