Vocabulario

“Digesto de Costumbres Registrales”, Compilación

Claro que hay cosas peores, pero el trabajo de un Encargado de Registro es especialmente complejo y tiene innumerables desventajas.

Basta con mencionar el constante incremento de tareas y obligaciones, el miedo que provoca tomar conciencia de que “siempre falta algo por saber”, las internas entre la Encargada Suplente y el abogado que atiende el mostrador o la división de jurisdicción que acaban de notificarle.

Más allá de estos inconvenientes un Encargado —que dedicó su juventud a la poesía— se preocupó por advertir, en una reunión de AAERPA, los perjuicios que provoca el uso abusivo de términos y formas propias de la tarea registral en la vida cotidiana. 

No es difícil entenderlo si descubrimos contestadores automáticos diciendo que “usted se comunicó con la casa de Alberto, puede certificar su firma después de la señal”.

Una seria advertencia constituye el hecho de elogiar a una agradable vecina diciéndole que tiene “una sonrisa inembargable”, o adverdirle a su novia que el casamiento está “verde como un 08″, porque su personalidad es “más compleja que la inscripción de un armado fuera de fábrica”.

El Encargado que se preocupó por señalar estas desviaciones acompañó algunos ejemplos de su vida cotidiana para ilustrar el caso:

  • los absurdos pedidos de consentimiento conyugal que lleva bajo el brazo para utilizar el baño de su casa.
  • la “verificación” que exige antes de comprar un juego de bolígrafos en el colectivo.
  • la presentación de “Solicitudes Tipo” que utiliza para reclamar un cortado en el Bar de la esquina.
  • El “informe de dominio” que debe acompañar cualquier muchacho que se presente en el hogar acompañando a su hija.
  • La decoración de la casa con “cuadros” de motovehículos.
  • El “Contrato de Leasing” que ofreció al carpintero por un viejo armario.

El asunto es que nuestro Encargado dejó ver la carta que entregó a su esposa cuando cumplieron 25 años de matrimonio. En ella podía leerse:

Mabel,

De mi mayor consideración:

Me dirijo a vos para manifestarte que te amo. Jamás dejé de hacerlo desde el día en que te conocí.

Deseándote felicidades, saludo atte,

Tu Roberto Etchenagucía,

Encargado Titular del Registro N° 28 de Posadas

 

No se sorprenda al enterarse que Mabel se enamoró leyendo las poesías que Roberto acostumbraba escribirle.

Tampoco se asuste si le confesamos que el matrimonio de este Encargado duró exactamente hasta las bodas de plata, cuando su mujer recibió la carta.

Pero le sugerimos nunca olvide este episodio.

 

Alejandro Puga,

Revista “Ámbito Registral”, Mayo de 1997