Dime qué Chapa usas…

“Digesto de Costumbres Registrales”, Compilación

La nueva identificación alfanumérica de los automotores ha despertado cierta atracción alrededor del rutinario mundo registral. Ha provocado, incluso, arduas disputas entre usuarios que compiten por la asignación de chapas y ha generado un sinnúmero de consecuencias en la forma de lograrlas.

La chapa amagó con ser personal, pero con el sistema alfanumérico el automóvil logró una personalidad propia, a que su dueño queda irremediablemente adherido.

Puede imaginarse a quienes buscarán su nombre o sobrenombre en la placa: EVA, ANA, ALE, GUS, VIR, LUZ o TOM. Otros, en cambio, intentarán identificarse con su posición familiar: TIO, ABU, MAM.

Los grandilocuentes y soberbios buscarán los coches MUY-999, MAS-500 o TAN-200. Los maestros, por su parte, se jerarquizarán de acuerdo con chapas como ABC-001 o ABC-990.

Las chicas de mala vida, pero excelente presencia, expondrán públicamente sus tarifas de MIL-800, POR-700, VOY-500, DEN 300 u HOY 100 (cada vez menos recomendables).

Los personajes repetitivos pueden buscar autos repatentados como DOS-002, UNO-001 o BIS-500. Demás está nombrar los “aniversistas” (DIA-006, FEB-015, OCT-017 o DIC-024); quienes prevengan sobre el animal que llevan dentro (OSO-321, CAN-468), los redundantes (BUS-642 o CAR-637), los naturistas (OLA, RIO, MAR) o aquellos de mala relación con sus patrones (SIN-010).

Cientos de empresas, instituciones o grupos pueden, incluso, identificarse con las chapas de sus automóviles: AFA, IVA, FMI, UCR, DGR, ACA, YPF. 

Se comenta tras los muros que, agotadas las identificaciones alfanuméricas (son 17 millones de combinaciones posibles que, según se estima, bastarían sólo hasta el año 2010) se asignarán las chapas ALFA-ALFA, con lo que se amplía la gama de variantes. El anuncio alcanzaría para escribir dos páginas más, pero sobra con pensar en placas como SOR-ANA, CON-DON o VOY-HOY.

Ni que hablar de las chapas ALFA-ALFA-ALFA (tercera etapa), de las que ya se escucha hablar en el Ministerio de Justicia. Y se especula, incluso, con una cuarta etapa del reempadronamiento que consistiría en una apertura absoluta en la identificación de los automotores. Se podrá —dicen— incluir letras y símbolos; sin restricción de cantidades. Podrían verse chapas como: I ♥ YOU o SIN-VOS †, por ejemplo.

Lo cierto es que sólo con el panorama actual, cuatro tipos de negocios se vislumbran: 

  1. Turbias maniobras con los cambios de radicación. Domicilios inexistentes y guardas habituales apócrifas que facilitan el otorgamiento de la chapa que el titular desea.
  2. Orientación del mercado de las agencias. Vendedores de autos ANA, móviles LEY,  coches GAY o taxis GAS.
  3. Sobrevaluación y subvaluación de determinados rodados, más allá de su costo y calidad industrial (los autos OPA no costarán, evidentemente, lo mismo que los autos MIL).

Una cosa queda clara: nadie puede ignorar la chapa del auto que adquiere. Sólo queda un dilema entonces: tantear la posibilidad de que ese ALFA-NÚMERO se haya elegido deliberadamente o sólo haya tocado en suerte, sin considerarse su significado.

Alejandro Puga

Revista “Legajo C”,

Junio de 1995