Irremediablemente insufribles
Tal vez por excesivo trabajo, tal vez por defectos personales innatos, quienes trabajamos en el ámbito de la registración de automotores hemos desarrollado ciertas fobias.
Se trata de personas, objetos o situaciones que nos irritan irremediablemente. Con el tiempo, lejos de aplacarse, estos enfados van en aumento, y cada vez hacemos menos para ocultarlos.
Vayan aquí algunos de estos “oscuros objetos de deseo”, con la esperanza de que sean menos dolorosos.
– Los Encargados que retienen legajos en las divisiones por motivos insólitos (Robo, Prenda, Denuncia de Venta, domicilio del gestor, falta de nepaco o mal estado de la carpeta).
– Los Encargados Suplentes Interinos que no tienen ninguna responsabilidad, pero se agrandan de solo mirar su sello.
– Los Encargados Titulares que tienen sello y responsabilidad, pero no la asumen.
– Los Encargados Suplentes, que no son ni chica ni limonada.
– Los teléfonos siempre ocupados de algunos Registros.
– Los inspectores que citan números de Disposiciones hasta para pedir un café.
– Los legajos mal archivados.
– Los usuarios que se acomodan en Mostrador para hacer chistes, contar la historia de sus vidas o seducir a la chica de Rentas.
– Los usuarios que descargan su neurosis con los empleados de mostrador.
– Los empleados de mostrador que ponen histérico a cualquiera.
– Los que llaman por teléfono o concurren al Registro predispuestos a encontrarse con terribles trabas burocráticas.
– Los Registros terriblemente burocráticos
– Las abrochadoras que no abrochan
– Las agujereadoras que no perforan más de dos papeles juntos.
– Toda oficina de Rentas
– El índice temático y sin foliar del nuevo Digesto
– La nueva regulación sobre el vencimiento de las Cédulas de Identificación
– Los intermediarios que se jactan de haber estafado a un particular y los que no se averguenzan por lo que cobran por patentar un 0 Km.
– Los parentescos y relaciones de distinto tipo entre empleados de Registro.
– El no poder hablar mal de nadie.
Revista “Legajo C”, septiembre de 1993.