Así como alguna vez lo hicieron Lamborghini, Bentley, Porsche, Rolls-Royce y Aston Martin, Ferrari cayó en la tentación de producir un SUV. Nadie lo hubiera imaginado veinte años atrás, pero el billete manda: hoy por hoy es uno de los segmentos más redituables de la industria automotriz.
Ferrari dice que el Purosangue (así se llama) adoptó “una disposición completamente diferente y unas proporciones innovadoras en comparación con los típicos GTs modernos (los llamados crossover y SUV)”, donde el motor va montado en la parte delantera del auto, casi a horcajadas sobre el eje delantero, con la caja de cambios acoplada directamente a él.
Desde Maranello explican que, en los SUV (oficialmente no la presentaron como tal), esto suele implicar una distribución del peso menos óptima que proporciona una dinámica y un placer de manejo “más alejados de los estándares de excelencia a los que se han acostumbrado los clientes y entusiastas del Cavallino Rampante”.
Qué motor tiene el Purosangue
El Purosangue monta un motor en la parte delantera con la caja de cambios en la parte trasera para crear una disposición deportiva transeje. Es un naftero V12 con un ángulo de 65° entre sus bancadas de cilindros, una cilindrada de 6.5 litros, cárter seco e inyección directa de alta presión.
El 80 por ciento del par máximo está disponible a sólo 2.100 rpm y alcanza un máximo de 716 Nm a 6.250 rpm. La potencia máxima de 725 cv se alcanza a 7.750 rpm y la respuesta del acelerador es la propia de un auténtico deportivo, promete la automotriz.
Es el único auto de estas proporciones que cuenta con un V12 de aspiración natural montado en la parte central delantera. Está capacitado para acelerar de 0 a 100 kilómetros por hora en 3,3 segundos y de 0 a 200 en 10,6 segundos.
La unidad de transferencia de potencia (PTU) está acoplada delante del motor para proporcionar una transmisión 4×4 única. Esto proporciona exactamente la distribución de peso 49:51% que los ingenieros de Maranello consideran óptima para un deportivo con motor delantero central.
El nuevo chasis cuenta con un techo de fibra de carbono de serie para reducir el peso y su centro de gravedad. El rediseño de la carrocería desde cero también ha permitido a los diseñadores incorporar puertas traseras batientes (puertas de bienvenida) para facilitar la entrada y la salida, manteniendo el auto lo más compacto posible.
“Naturalmente, el Purosangue tiene una posición de manejo más dominante que otros Ferrari, pero la configuración es la misma que en cualquier otro modelo de la gama”, avisan desde la marca. Como resultado, la posición de manejo sigue siendo “íntima y cercana al suelo” para proporcionar una mayor conexión con las capacidades dinámicas del auto.
Los sistemas de admisión, distribución y escape han sido completamente rediseñados, mientras que las culatas derivan del 812 Competizione.
La suspensión del Purosangue
El Purosangue cuenta con un sistema único e innovador que supone una novedad mundial: el Ferrari Active Suspension Technology o Tecnología de suspensión activa de Ferrari, habilitada por el sistema True Active Spool Valve (TASV) de Multimatic. Una de sus ventajas es la velocidad a la que los actuadores del motor TASV de 48 voltios aplican la fuerza en la dirección de la carrera del amortiguador.
Para optimizar la curva de par y garantizar un aumento continuo en toda la gama de revoluciones, se revisó la geometría de los conductos de admisión y los plenos. La geometría del sistema de escape también se optimizó para aumentar la permeabilidad y reducir la contrapresión. Hay pistones específicos con una corona rediseñada para aumentar la eficiencia de la combustión.
El puesto de manejo está inspirado en el SF90 Stradale y es casi exactamente idéntico al del pasajero. Viene con una pantalla táctil de 10 pulgadas y por primera vez, el auto también ofrece compatibilidad con los sistemas Android Auto y Apple CarPlay de serie. Estos sustituyen al tradicional sistema de navegación integrado.
Fuente: TN