Cuál es la startup argentina que recibió 10 mil dólares de una firma automotriz

La industria automotriz se encuentra en un momento de grandes transformaciones. Si bien es cierto que el desarrollo y venta de automóviles siguen siendo prioridad para el sector, ahora se suman los servicios de movilidad -como el alquiler de vehículos o la combinación de varios medios de transporte para llegar a un lugar-.

Un ejemplo de ello es Ford Innovación, una plataforma creada para diseñar propuestas que ayuden a evolucionar en las formas de moverse. “Es el espacio para crear y proponer nuevas formas de moverse y conectar con el sistema de transporte de manera dinámica, a través de la tecnología”, explican desde la compañía.

En el marco de ese programa, la firma lanzó este año un concurso dirigido a empresas tecnológicas de todo el país con el potencial de mejorar la experiencia del cliente en las etapas de preventa y venta de la industria automotriz.

La startup ganadora no sólo recibiría 10 mil dólares de premio, sino también mentorías personalizadas a cargo de Endeavor, una organización sin fines de lucro que ayuda a emprendedores de alto potencial de todo el mundo, para resolver desafíos de negocio y generar oportunidades comerciales con Ford.

Los proyectos debían ser innovadores, aplicables en el corto y mediano plazo, con facturación comprobable y con un producto mínimo viable (MVP) probado. De esta forma y junto a la organización, Ford seleccionó 6 finalistas de los más de 70 inscriptos: Full Audits, Rocking Data, Ualabee, CamOnApp, Keepcon y Wise CX.

Estos se presentaron finalmente el 10 de agosto en el Hotel CasaSur para dar su pitch deck final ante el jurado formado por Sebastián Trotta, director de Marketing y Ventas de Ford Argentina; María Carpintieri, directora regional de FordPass y CX; Julia Bearzi, directora de Endeavor y Gino Tubaro, inventor y creador de Atomic Lab, una fundación que entrega manos y brazos impresos en 3D de forma 100% gratuita.

De esta manera, el ganador resultó Joaquín Di Mario, CEO y cofundador de Ualabee. Esta empresa cordobesa fundada en 2019 y con un equipo de más de 15 personas funciona como un asistente de viajes que combina medios de transporte (como colectivos, trenes y subterráneos) con servicios de movilidad, uniendo un punto de origen y otro de destino en una ruta eficiente que contempla tiempos, distancias e imprevistos.

Desde Ford aseguraron que la decisión fue difícil porque todos los proyectos estuvieron prácticamente en igualdad de condiciones. Tal vez lo que más destaco del ganador es la visión del negocio de una manera holística, porque mira todos los elementos que hacen al ecosistema de transporte, no solamente al vehículo ni las particularidades del sistema automotriz per sé, sino también al transporte público, a las bicicletas, a los parkings”, explicó Trotta sobre la empresa ganadora.

Le vemos mucho potencial en combinación con un servicio de movilidad que tenemos que es Ford Go. Hoy cualquier persona puede alquilar un vehículo a través de la plataforma Ford Go por hora, por minuto, por día; lo puede alquilar en un lugar y lo vuelve a dejar ahí. Le vemos una potencialidad y un beneficio importante a esa combinación de alquilar un vehículo con un medio de transporte público”, aseguró Carpintieri.

Lo primero que hacemos es un análisis de situación de la empresa, del emprendedor y en función de esa conversación y ese diagnóstico, empezamos a trabajar sobre algunos objetivos que definimos conjuntamente. Ese es un acompañamiento de varios meses donde la interacción es constante, las necesidades de los emprendedores son muchas, y ahí lo que hacemos es activar una red de mentores super interesante, que tienen un knowhow muy interesante para que pueda el emprendedor ir al próximo nivel”, explicó Bearzi sobre el acompañamiento que brindará a Ualabee la fundación que preside.

En cuanto al resto de los finalistas, sus emprendimientos abarcan distintas ramas del mundo de la tecnología. Full Audits es una plataforma de software que permite digitalizar y automatizar el control de procesos de las empresas; Rocking Data potencia las organizaciones utilizando inteligencia artificial y algoritmos de machine learning; CamOnApp permite crear contenidos interactivos de realidad aumentada de forma sencilla; Keepcon se dedica al desarrollo de inteligencia artificial para procesar en tiempo real lenguaje informal escrito en español, inglés y portugués, y Wise CX la permite a las empresas centralizar en una única bandeja de entrada las interacciones con el cliente de los múltiples canales que existen (telefonía móvil, email, formularios web, WhatsApp, Facebook, Twitter, Mercadolibre, Instagram, Google My Business, Youtube).

“A los que están empezando a emprender les diría que no se pongan mal si el país no les da las situaciones correctas para empezar. Nosotros empezamos a partir de una hoja de papel, haciendo el diseño de una prótesis, allá por 2011. Pasaron un montón de años y hoy en día estamos acá. De a poquito, paso a paso, se puede lograr un proyecto, siempre y cuando haya del otro lado alguien que corresponda esa necesidad. Nosotros entregamos prótesis porque salen más de 10 mil o 15 mil dólares, entonces ahí hay un nicho donde podemos ayudar”, concluyó Tubaro.

Fuente: Infobae

“La Escritura del Dios” (El Aleph, 1949)

Jorge Luis Borges

El pasado miércoles se cumplió un nuevo aniversario del nacimiento de José Luis Borges, ocurrido en la Ciudad de Buenos Aires el 24 de agosto de 1899.

Fallecido en 1986, el más célebre escritor argentino hubiera cumplido la semana pasada 123 años.

Transcribimos hoy “La Escritura del Dios”, cuento contenido en su libro “El Aleph”, publicado en 1949)

La cárcel es profunda y de piedra; su forma, la de un hemisferio casi perfecto, si bien el piso (que también es de piedra) es algo menor que un círculo máximo, hecho que agrava de algún modo los sentimientos de opresión y de vastedad. Un muro medianero la corta; éste, aunque altísimo, no toca la parte superior de la bóveda; de un lado estoy yo, Tzinacán, mago de la pirámide de Qaholom, que Pedro de Alvarado incendió; del otro hay un jaguar, que mide con secretos pasos iguales el tiempo y el espacio del cautiverio. A ras del suelo, una larga ventana con barrotes corta el muro central. En la hora sin sombra se abre una trampa en lo alto, y un carcelero que han ido borrando los años maniobra una roldana de hierro, y nos baja en la punta de un cordel, cántaros con agua y trozos de carne. La luz entra en la bóveda; en ese instante puedo ver al jaguar”.

“He perdido la cifra de los años que yazgo en la tiniebla; yo, que alguna vez era joven y podía caminar por esta prisión, no hago otra cosa que aguardar, en la postura de mi muerte, el fin que me destinan los dioses. Con el hondo cuchillo de pedernal he abierto el pecho de las víctimas, y ahora no podría, sin magia, levantarme del polvo”.

“La víspera del incendio de la pirámide, los hombres que bajaron de altos caballos me castigaron con metales ardientes para que revelara el lugar de un tesoro escondido. Abatieron, delante de mis ojos, el ídolo del dios; pero éste no me abandonó y me mantuvo silencioso entre los tormentos. Me laceraron, me rompieron, me deformaron, y luego desperté en esta cárcel, que ya no dejaré en mi vida mortal.
Urgido por la fatalidad de hacer algo, de poblar de algún modo el tiempo, quise recordar, en mi sombra, todo lo que sabía. Noches enteras malgasté en recordar el orden y el número de unas sierpes de piedra o la forma de un árbol medicinal. Así fui revelando los años, así fui entrando en posesión de lo que ya era mío.

Una noche sentí que me acercaba a un recuerdo preciso; antes de ver el mar, el viajero siente una agitación en la sangre. Horas después empecé a avistar el recuerdo: era una de las tradiciones del dios. Éste, previendo que en el fin de los tiempos ocurrirían muchas desventuras y ruinas, escribió el primer día de la Creación una sentencia mágica, apta para conjurar esos males. La escribió de manera que llegara a las más apartadas generaciones y que no la tocara el azar. Nadie sabe en qué punto la escribió, ni con qué caracteres; pero nos consta que perdura, secreta, y que la leerá un elegido. Consideré que estábamos, como siempre, en el fin de los tiempos y que mi destino de último sacerdote del dios me daría acceso al privilegio de intuir esa escritura. El hecho de que me rodeara una cárcel no me vedaba esa esperanza; acaso yo había visto miles de veces la inscripción de Qaholom y sólo me faltaba entenderla”.

“Esta reflexión me animó, y luego me infundió una especie de vértigo. En el ámbito de la tierra hay formas antiguas, formas incorruptibles y eternas; cualquiera de ellas podía ser el símbolo buscado. Una montaña podía ser la palabra del dios, o un río o el imperio o la configuración de los astros. Pero en el curso de los siglos las montañas se allanan y el camino de un río suele desviarse y los imperios conocen mutaciones y estragos y la figura de los astros varía. En el firmamento hay mudanza. La montaña y la estrella son individuos, y los individuos caducan. Busqué algo más tenaz, más invulnerable. Pensé en las generaciones de los cereales, de los pastos, de los pájaros, de los hombres. Quizá en mi cara estuviera escrita la magia, quizá yo mismo fuera el fin de mi busca. En ese afán estaba cuando recordé que el jaguar era uno de los atributos del dios”.
“Entonces mi alma se llenó de piedad. Imaginé la primera mañana del tiempo, imaginé a mi dios confiando el mensaje a la piel viva de los jaguares, que se amarían y se engendrarían sin fin, en cavernas, en cañaverales, en islas, para que los últimos hombres lo recibieran. Imaginé esa red de tigres, ese caliente laberinto de tigres, dando horror a los prados y a los rebaños para conservar un dibujo. En la otra celda había un jaguar; en su vecindad percibí una confirmación de mi conjetura y un secreto favor”.

“Dediqué largos años a aprender el orden y la configuración de las manchas. Cada ciega jornada me concedía un instante de luz, y así pude fijar en la mente las negras formas que tachaban el pelaje amarillo. Algunas incluían puntos; otras formaban rayas trasversales en la cara interior de las piernas; otras, anulares, se repetían. Acaso eran un mismo sonido o una misma palabra. Muchas tenían bordes rojos”.
“No diré las fatigas de mi labor. Más de una vez grité a la bóveda que era imposible descifrar aquel testo. Gradualmente, el enigma concreto que me atareaba me inquietó menos que el enigma genérico de una sentencia escrita por un dios. ¿Qué tipo de sentencia (me pregunté) construirá una mente absoluta?”

Consideré que aun en los lenguajes humanos no hay proposición que no implique el universo entero; decir el tigre es decir los tigres que lo engendraron, los ciervos y tortugas que devoró, el pasto de que se alimentaron los ciervos, la tierra que fue madre del pasto, el cielo que dio luz a la tierra. Consideré que en el lenguaje de un dios toda palabra enunciaría esa infinita concatenación de los hechos, y no de un modo implícito, sino explícito, y no de un modo progresivo, sino inmediato. Con el tiempo, la noción de una sentencia divina parecióme pueril o blasfematoria. Un dios, reflexioné, sólo debe decir una palabra, y en esa palabra la plenitud. Ninguna voz articulada por él puede ser inferior al universo o menos que la suma del tiempo. Sombras o simulacros de esa voz que equivale a un lenguaje y a cuanto puede comprender un lenguaje son las ambiciosas y pobres voces humanas, todo, mundo, universo”.
“Un día o una noche —entre mis días y mis noches ¿qué diferencia cabe?— soñé que en el piso de la cárcel había un grano de arena. Volví a dormir; soñé que los granos de arena eran tres. Fueron, así, multiplicándose hasta colmar la cárcel, y yo moría bajo ese hemisferio de arena. Comprendí que estaba soñando: con un vasto esfuerzo me desperté. El despertar fue inútil: la innumerable arena me sofocaba. Alguien me dijo: No has despertado a la vigilia, sino a un sueño anterior. Ese sueño está dentro de otro, y así hasta lo infinito, que es el número de los granos de arena. El camino que habrás de desandar es interminable, y morirás antes de haber despertado realmente”.

“Me sentí perdido. La arena me rompía la boca, pero grité: Ni una arena soñada puede matarme, ni hay sueños que estén dentro de sueños. Un resplandor me despertó. En la tiniebla superior se cernía un círculo de luz. Vi la cara y las manos del carcelero, la roldana, el cordel, la carne y los cántaros.
Un hombre se confunde, gradualmente, con la forma de su destino; un hombre es, a la larga, sus circunstancias. Más que un descifrador o un vengador, más que un sacerdote del dios, yo era un encarcelado. Del incansable laberinto de sueños yo regresé como a mi casa a la dura prisión. Bendije su humedad, bendije su tigre, bendije el agujero de luz, bendije mi viejo cuerpo doliente, bendije la tiniebla y la piedra”.
“Entonces ocurrió lo que no puedo olvidar ni comunicar. Ocurrió la unión con la divinidad, con el universo (no sé si estas palabras difieren). El éxtasis no repite sus símbolos: hay quien ha visto a Dios en un resplandor, hay quien lo ha percibido en una espada o en los círculos de una rosa. Yo vi una Rueda altísima, que no estaba delante de mis ojos, ni detrás, ni a los lados, sino en todas partes, a un tiempo. Esa Rueda estaba hecha de agua, pero también de fuego, y era (aunque se veía el borde) infinita. Entretejidas, la formaban todas las cosas que serán, que son y que fueron, y yo era una de las hebras de esa trama total, y Pedro de Alvarado, que me dio tormento, era otra. Ahí estaban las causas y los efectos, y me bastaba ver esa Rueda para entenderlo todo, sin fin. ¡Oh dicha de entender, mayor que la de imaginar o la de sentir! Vi el universo y vi los íntimos designios del universo. Vi los orígenes que narra el Libro del Común. Vi las montañas que surgieron del agua, vi los primeros hombres de palo, vi las tinajas que se volvieron contra los hombres, vi los perros que les destrozaron las caras. Vi el dios sin cara que hay detrás de los dioses. Vi infinitos procesos que formaban una sola felicidad, y, entendiéndolo todo, alcancé también a entender la escritura del tigre”.

“Es una fórmula de catorce palabras casuales (que parecen casuales), y me bastaría decirla en voz alta para ser todopoderoso. Me bastaría decirla para abolir esta cárcel de piedra, para que el día entrara en mi noche, para ser joven, para ser inmortal, para que el tigre destrozara a Alvarado, para sumir el santo cuchillo en pechos españoles, para reconstruir la pirámide, para reconstruir el imperio. Cuarenta sílabas, catorce palabras, y yo, Tzinacán, regiría las tierras que rigió Moctezuma. Pero yo sé que nunca diré esas palabras, porque ya no me acuerdo de Tzinacán”.
“Que muera conmigo el misterio que está escrito en los tigres. Quien ha entrevisto el universo, quien ha entrevisto los ardientes designios del universo, no puede pensar en un hombre, en sus triviales dichas o desventuras, aunque ese hombre sea él. Ese hombre ha sido él, y ahora no le importa. Qué le importa la suerte de aquel otro, qué le importa la nación de aquel otro, si él, ahora, es nadie. Por eso no pronuncio la fórmula, por eso dejo que me olviden los días, acostado en la oscuridad”.

A Emma Risso Platero

Jorge Luis Borges

Los autos 0 km que cuestan $5.000.000 o más deberán pagar el impuesto “al lujo” desde septiembre

El Gobierno de la Nación actualizó base imponible del impuesto automotor a partir de septiembre para ajustarla al aumento del precio de los vehículos en los últimos meses.

Desde el mes que viene, el tributo a los “autos de lujo” (así se lo conocer popularmente) afectará a modelos cuyo precio de venta al público sea superior a cerca de 5,05 millones de pesos (20 por ciento). En la segunda escala (35 por ciento) entrarán todos aquellos que cuesten más de 10 millones de pesos.

El nuevo mínimo imponible entrará en vigencia el próximo jueves 1 de septiembre de 2022 y durará hasta el 30 de noviembre de 2022. En ese momento, de acuerdo a lo que arroje el Sistema de Índice de Precios Mayoristas (SIPM) en los próximos meses, se analizará un nuevo ajuste para emparejarlo al aumento de las listas de precios de las automotrices, aunque en el sector consideran siempre que el retoque es insuficiente.

Qué autos pagan el impuesto automotor
De acuerdo a un relevamiento de TN Autos, ahora hay más de 170 modelos (sin contar versiones) alcanzados por los gravámenes del 20 y 35 por ciento, según corresponda.

Este tributo “distorsivo” (así lo califican las automotrices) entró en vigencia en enero de 2014 con el objetivo de castigar a los autos “de lujo”, pese a que, en la práctica, afecta no sólo a los vehículos del segmento premium.

Tal es así que marcas populares como Chevrolet, Fiat, Toyota, Volkswagen, Peugeot y Renault, por mencionar algunas de las que lideran los rankings de patentamientos, tienen varios modelos del segmento medio o medio/bajo impactados por el impuesto.

Tan distorsivo es este gravamen que no sólo penaliza a modelos de volumen, sino que no distingue entre los modelos importados y los de producción nacional. En consecuencia, vehículos como el Volkswagen Taos y la Toyota SW4, ambos fabricados en el país, tienen el 100 por ciento de su gama castigada por el 20 por ciento.

La salvedad rige para las pick ups, consideradas oficialmente como “vehículos de trabajo”. Ninguna de ellas, por más lujosa que sea, paga este impuesto.

Entre los más de 170 alcanzados por el tributo, llama la atención la presencia de modelos Volkswagen Nivus, Polo (GTS), Virtus (GTS) y Golf; Peugeot 208 GT Line (es la versión europea), Chevrolet Tracker, Jeep Renegade, Toyota Corolla y Corolla Cross, Renault Koleos, Nissan Sentra, Ford Territory, Kia Cerato, Hyundai Creta y Honda HR-V, todos ellos pertenecientes a segmentos “populares” en otros países.

La Noticia en TN