A partir de septiembre, el Gobierno argentino aplicará una nueva base imponible para los impuestos internos. Se trata del gravamen que afecta a los llamados “autos de lujo”, pero que en la práctica afectará cada vez a más modelos de gama media.
La nueva escala regirá hasta fin de noviembre y fue calculada en base a un índice de inflación de 6.42% en el último trimestre. Esto producirá un importante desfasaje, ya que en ese lapso los precios de lista de los autos tuvieron un mayor aumento. El tributo alcanzará así a modelos de precios más bajos desde su aplicación. El cálculo tampoco tuvo en cuenta la devaluación del peso frente al dólar con cambio oficial.
Es decir, si hasta ahora se consideraba “autos de lujo” a los que costaban más de 27.400 dólares, desde septiembre esa base imponible bajará a 26.200 dólares (siempre al tipo de cambio oficial). Esos autos pagarán un 20% de impuestos internos.
La segunda escala de los impuestos internos afectará a los autos con un precio de lista de 3.76 millones de pesos (48.404 dólares). Se les aplicará una alícuota de 35% de impuestos internos.
Como ya ocurrió en el pasado, esto provocará una distorsión aún mayor en el mercado automotor. Habrá modelos que tengan precios de lista por debajo de la base imponible, pero que en la práctica se terminarán vendiendo con importantes sobreprecios.
Los impuestos internos se usaron como instrumento para frenar la fuga de dólares en la última etapa del segundo gobierno de Cristina Kirchner. El ex presidente Mauricio Macri prometió eliminarlos, pero los mantuvo vigentes. Y el actual mandatario Alberto Fernández está volviendo a usarlos como un cepo para la salida de divisas.
Fuente: Autoblog.com.ar