Siete Años de Normativa a un sólo click
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El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires informó que desde el 1 de septiembre el grabado de autopartes, un trámite obligatorio en suelo porteño, aumentó un 25%, es decir, paso de $1.200 a $1.500.
Así lo dispuso la RESOLUCIÓN N.° 194/SSSC/19 de la Subsecretaría de Seguridad Ciudadana del Ministerio de Justicia porteño, publicada en el Boletín Oficial de la CABA este lunes.
Los considerandos exponen: “En base a esa actualización del valor de la Unidad Fija (UF) resulta necesario actualizar también el costo del trámite de grabado de autopartes a abonar por los obligados al mismo”.
El último aumento había sido del 27% y fue aplicado en febrero de este año.
En su artículo 13, Ley N° 3708 refiere que Ley Tarifaria fijará, anualmente, el canon a abonar por parte de las prestadoras del servicio y el límite máximo del costo de grabado para los usuarios que no podrá superar las 200 UF.
El artículo 139 de la Ley Tarifaria, conforme el artículo 13 de la Ley N° 3708 (texto consolidado por la Ley 6017), fija el costo del grabado para los usuarios en 85 U.F. (Unidad de Falta). La Ley N° 451 establece el monto y modo de calcular el valor de la Unidad Fija (U.F.) y sus actualizaciones semestrales, señalan fuentes oficiales.
La Ley N° 3708 establece en el ámbito de la Ciudad, entre otras cosas, la obligatoriedad para todo vehículo automotor registrado en esta jurisdicción ante la Dirección Nacional del Registro de la Propiedad Automotor, del grabado del número de dominio en seis (6) partes de la carrocería del vehículo.
Fuente: puraciudad.com.ar
Scania es uno de los mayores fabricantes de camiones y autobuses del mundo. Está en la Argentina desde hace 43 años, con una planta en Tucumán, que actualmente se dedica a fabricar componentes de transmisión y exporta toda su producción. En ese sentido, la empresa está “blindada” frente a la crisis económica argentina. Pero hay una parte que no puede eludir el impacto negativo de la recesión y la devaluación del peso: la comercialización de vehículos en el país.
“En este momento estamos sacrificando rentabilidad para cuidar a los clientes y sostener las ventas”, reconoce el CEO de Scania Argentina, Andrés Leonard.
Periodista: Dada su experiencia en otros países, ¿lo sorprende la situación argentina?
Andrés Leonard: Lamentablemente, no. En el resto de los mercados, tanto en Europa como en Latinoamérica, hasta Brasil, uno dedica una enorme parte del tiempo a negocios, a pensar. Y en Argentina el 50 por ciento del tiempo o más se dedica a discutir temas políticos y económicos y apagar incendios producidos por cimbronazos económicos muy brutales.
P: ¿Cómo afectan a Scania?
A.L.: Estos cimbronazos devaluatorios con impacto en los bienes de capital le pegan a nuestros clientes derecho, porque la gran mayoría, salvo los que están ligados a sectores como minería, pesca o petróleo, para el resto sus ingresos están en pesos. Esto hace que se frene la actividad.
P.: Es un efecto comercial. ¿Productivamente también les pega?
A.L.: Productivamente no. De hecho, Scania tiene presencia en Argentina desde hace 43 años y hemos pasado gobiernos variopintos, con una planta en Tucumán que empezó produciendo camiones y chasis de buses terminados. Con el tiempo eso fue cambiando y hoy es una planta que se especializa en componentes de transmisión. Scania es de las únicas empresas de vehículos pasados en el mundo que tiene toda la transmisión ciento por ciento propia. Este año vamos a estar exportando más de lo que importamos. Estamos invirtiendo en esa planta entre este año y el año próximo más de 40 millones de dólares para eficientizar nuestros procesos y para abrirle cabida a nuevos productos.
P.: En ese aspecto, la devaluación los favoreció entonces…
A.L.: En la exportación no nos complica; de hecho tenemos algunos costos en pesos, de manera que la devaluación nos hace más competitivos. Pero en lo que hace a la comercialización, ahí sí nos afecta. Una devaluación fuerte afecta mucho en dos sentidos. Primero, al cliente que quería ir a comprar un vehículo ahora le puede costar 1 millón de pesos más. Es mucho. Y el segundo punto es que nosotros no manejamos stocks, porque en esta nueva generación de vehículos, sobre todo en camiones, se especializan para un tipo específico de operación, entonces no es lo mismo un camión con una altura determinada, con una relación de transmisión. Se mandan a producir y eso en lista son tres meses. En ese plazo cuando hay una devaluación fuerte el cliente se asusta. Y esos nos afecta en la parte comercial.
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