Scania: “Para cuidar al cliente hoy sacrificamos rentabilidad”

Scania

Scania es uno de los mayores fabricantes de camiones y autobuses del mundo. Está en la Argentina desde hace 43 años, con una planta en Tucumán, que actualmente se dedica a fabricar componentes de transmisión y exporta toda su producción. En ese sentido, la empresa está “blindada” frente a la crisis económica argentina. Pero hay una parte que no puede eludir el impacto negativo de la recesión y la devaluación del peso: la comercialización de vehículos en el país.

“En este momento estamos sacrificando rentabilidad para cuidar a los clientes y sostener las ventas”, reconoce el CEO de Scania Argentina, Andrés Leonard.

Periodista: Dada su experiencia en otros países, ¿lo sorprende la situación argentina?

Andrés Leonard: Lamentablemente, no. En el resto de los mercados, tanto en Europa como en Latinoamérica, hasta Brasil, uno dedica una enorme parte del tiempo a negocios, a pensar. Y en Argentina el 50 por ciento del tiempo o más se dedica a discutir temas políticos y económicos y apagar incendios producidos por cimbronazos económicos muy brutales.

P: ¿Cómo afectan a Scania?

A.L.: Estos cimbronazos devaluatorios con impacto en los bienes de capital le pegan a nuestros clientes derecho, porque la gran mayoría, salvo los que están ligados a sectores como minería, pesca o petróleo, para el resto sus ingresos están en pesos. Esto hace que se frene la actividad.

P.: Es un efecto comercial. ¿Productivamente también les pega?

A.L.: Productivamente no. De hecho, Scania tiene presencia en Argentina desde hace 43 años y hemos pasado gobiernos variopintos, con una planta en Tucumán que empezó produciendo camiones y chasis de buses terminados. Con el tiempo eso fue cambiando y hoy es una planta que se especializa en componentes de transmisión. Scania es de las únicas empresas de vehículos pasados en el mundo que tiene toda la transmisión ciento por ciento propia. Este año vamos a estar exportando más de lo que importamos. Estamos invirtiendo en esa planta entre este año y el año próximo más de 40 millones de dólares para eficientizar nuestros procesos y para abrirle cabida a nuevos productos.

P.: En ese aspecto, la devaluación los favoreció entonces…

A.L.: En la exportación no nos complica; de hecho tenemos algunos costos en pesos, de manera que la devaluación nos hace más competitivos. Pero en lo que hace a la comercialización, ahí sí nos afecta. Una devaluación fuerte afecta mucho en dos sentidos. Primero, al cliente que quería ir a comprar un vehículo ahora le puede costar 1 millón de pesos más. Es mucho. Y el segundo punto es que nosotros no manejamos stocks, porque en esta nueva generación de vehículos, sobre todo en camiones, se especializan para un tipo específico de operación, entonces no es lo mismo un camión con una altura determinada, con una relación de transmisión. Se mandan a producir y eso en lista son tres meses. En ese plazo cuando hay una devaluación fuerte el cliente se asusta. Y esos nos afecta en la parte comercial.

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