De un tiempo a esta parte, Corea del Norte ha estado en el ojo de la tormenta en el plano internacional. Y no es para menos, su “líder supremo” Kim Jong-un (tercera generación de una controversial dinastía familiar en el poder) se ha encargado de hacer gala de sus armas nucleares para poner en vilo a los países más poderosos del mundo.
Este escenario le ha valido muchas sanciones internacionales que limitan al país asiático a relacionarse comercialmente con el resto del mundo. Pero, además, Corea del Norte es afamado por su hermetismo y las inhóspitas condiciones en que vive gran parte de su población.
En pocas palabras, una dictadura en la que gozan como reyes muy pocos, otros sirven a esa casta a cambio de ciertos beneficios, mientras la gran mayoría vive bajo la sumisión ganando salarios tan bajos que no les permite soñar más allá de las necesidades básicas.
La premisa de este régimen es limitar las libertades individuales al máximo. Es por ello que sus habitantes no tienen acceso a Internet, hay muy pocos teléfonos celulares y, como se imaginarán, apenas un puñado de personas acceden a comprarse un automóvil: ese privilegio sólo lo tienen los oficiales de estado, burócratas de alto nivel, diplomáticos y militares.
Así las cosas, Corea del Norte ostenta la tasa de propiedad de un automóvil más bajas del mundo. No hay estadísticas oficiales y la información fidedigna escasea, pero las estimaciones más acercadas a la realidad hablan de un parque automotor de 30 mil vehículos en un país donde viven cerca de 24 millones de habitantes. Es decir, hay un auto cada 833 personas.
La postal se repite en todo el país. Rutas desérticas y en muchos casos en mal estado, mientras que en la capital (Pyongyang) todo parece ser más civilizado, pero sobre sus anchas avenidas no hay mucho movimiento vehicular, amén del de las miles de bicicletas y algunos buses, los medios de transporte más utilizados.
Sin embargo, a Corea del Norte llegan autos “importados” e incluso algunos se fabrican allí.
¿Qué autos se fabrican en Corea del Norte?
La industria automotriz local fue iniciada décadas atrás por la por entonces Unión Soviética, influencia que permitió motorizar el país con la fabricación de varios modelos de la marca GAZ, entre ellos vehículos militares de toda clase, aunque no se conocen cifras de producción.
Actualmente sólo dos automotrices producen localmente: Singri Motors (la más antigua) y Pyeonghwa Motors. Esta última, creada en 1999 fue financiada por la Iglesia de la Unificación y el estado norcoreano. Se dice que tuvo una inyección económica de 300 millones de dólares para su creación, pero en 2012 fue valuada en apenas 20 millones. El nombre Pyeonghwa hace referencia a la “paz” (por su traducción) y curiosamente tiene una sede en Corea del Sur, país con el cual la franja norte mantiene un largo conflicto diplomático.
Esta automotriz produce una muy limitada cantidad de vehículos. Oficialmente no hay registro de ello, pero se estima que fabrica unos 400 al año, cuando la capacidad industrial de su planta ubicada en la ciudad de Nampo (que cuenta con el puerto más importante del país) está en el orden de los 10.000 autos anuales.
Los últimos datos proporcionados por la Oficina de Estadística de Corea del Norte, en 2011, revelan que esta automotriz vendió ese año un total de 1.873 vehículos, siendo su período el “más productivo” desde sus inicios.
Allí se producen bajo licencia modelos de Fiat y Brillance China Auto, además de otras marcas del gigante asiático que mantienen “join venture” con otras automotrices más reconocidas mundialmente, como Great Wall y FAW-Volkswagen. En todos los casos, son plataformas y tecnologías antiguas y el diseño de esos modelos “son copias de copias”
Kim Jon-un y su fascinación por los autos de lujo: En aras de la inquebrantablemente lucha contra el capitalismo que pregona Corea del Norte ¿qué mejor que hacerla con estilo? Nada de autos de manufacturación local.
Por eso resulta tan curioso como contradictorio que tanto Kim Jong-un como muchos de sus funcionarios se trasladen en lujosos autos que, según las propias leyes del régimen, están totalmente vetados.
Entre ellos, limusinas blindadas y algunos deportivos como Rolls-Royce Phantom, Audi R8, Range Rover, Mercedes Clase G, Jaguar XJ y Toyota Land Cruiser V8, sin dejar de lado la flota de Mercedes-Benz Clase S que emplean los más altos cargos del régimen: tal es así que la propia marca alemana tuvo que emitir un comunicado oficial para desmentir que hubiese vendido autos a Corea del Norte
De acuerdo con una investigación del Centro de Estudios de Defensa Avanzada (un grupo sin fines de lucro con sede en Washington) el diario estadounidense The New York Times, todos estos vehículos llegan hasta Pyongyang mediante un proceso de importación “poco claro”, con embarques secretos y dudosas empresas que sirven de testaferros.
Casi desafiando las sanciones de las Naciones Unidas que buscan prohibir la exportación de productos de lujo a Corea del Norte, cada vez que su excéntrico líder Kim Jong-un realiza un viaje oficial al exterior, se pasea en uno de sus Mercedes S600 Pullman Guard o Maybach S62 (valuados entre 500.000 y 1,6 millones de dólares cada uno) siempre escoltado por sus poco amigables guardaespaldas.
Fuente: Parabrisas