Registro automotor: solo un ejemplo de burocracia y opacidad

La decisión presidencial de desregular los polémicos registros de propiedad automotor, incluida en el amplio DNU recientemente suscripto por el presidente Javier Milei, debe ser celebrada y apoyada, pues representa no solo la simplificación de la enorme burocracia que conlleva la realización de trámites de transferencia de dominios de vehículos, sino la eliminación de un sistema obsoleto y extremadamente costoso para los usuarios. La medida también apunta a terminar con el uso descarado que muchos gobiernos han hecho de esos registros al convertirlos en una caja más de la política, en beneficio económico de amigos y parientes, solventando gastos de campañas electorales y desviando o triangulando fondos.

Antes de conocerse el DNU, diversas iniciativas parlamentarias habían sido presentadas por varios diputados. Aunque con algunas diferencias, todas apuntan hacia el mismo objetivo: terminar con el robo a los ciudadanos y con buena parte del financiamiento espurio de la política.

En nuestro país, es necesaria más de una decena de trámites para transferir de una persona a otra el dominio de un automotor. Dependiendo del bien, esa enorme burocracia representa entre el 5% y el 10% de su valor. A ello hay que sumar que algunos de los trámites solo se pueden realizar en soporte papel y de manera presencial y que resulta abusiva la cantidad de erogaciones que, en algunos casos, hasta se superponen: gastos de registro, impuesto a los sellos, certificación de firmas, aranceles diversos, verificaciones policiales de chasis y patente, grabado de autopartes y pago de ingresos brutos, entre otros. Se estima que, de cada 10 pesos que se paga actualmente por uno de esos trámites, entre 7 y 8 pesos corresponden a impuestos.

Bajo la premisa “Basta de papeles” se habían reunido en el Congreso los diputados Oscar Agost Carreño (Cambio Federal-Córdoba), Patricia Vázquez (Pro-Buenos Aires), Martín Tetaz (UCR-Capital) y Diana Fernández Molero (Juntos por el Cambio-Capital), quienes hicieron llegar sus propuestas al sector automotriz y a los titulares de los registros.

Entre los cambios legislativos que proponen, figuran una baja importante del valor del trámite –algunos reclaman la gratuidad– la simplificación de pasos y el fin de la intermediación. También existen entre los proyectos algunas diferencias sobre si el sistema debería ser mixto –presencial y online– o exclusivamente digital y si se debe avanzar hacia un registro simple y con patente única de por vida, además de cuestiones de procedimiento. “Hay una bomba que desarticular”, sostuvo Agost Carreño durante ese encuentro. “Estamos acostumbrados a trasladar al ciudadano los problemas que el Estado no resuelve y su ineficiencia”, sostuvo Vázquez. Ambas afirmaciones describen perfectamente lo engorroso e injusto del sistema actual. Por citar solo un ejemplo, en Chile –el segundo más caro de la región– se paga por el mismo trámite un tercio de lo que se debe abonar en nuestro país.

El DNU presidencial, que espera ser tratado por el Congreso, dispone, entre otras cuestiones, la implementación de un mecanismo de autogestión para la transferencia y que la patente pertenezca al usuario y no al vehículo.

Si casi todas las administraciones abusaron de los registros para justificar los privilegios de unos pocos allegados al poder, la salida de Alberto Fernández del gobierno dejó un tendal de nombramientos que la nueva gestión deberá investigar, entre otras tantas aberraciones cometidas para asegurar puestos a militantes políticos. Tan solo en los últimos dos meses, en pleno proceso electoral, la directora de los Registros Nacionales de Propiedad Automotor, María Eugenia Doro, una funcionaria cercana a la entonces vicepresidenta Cristina Kirchner, designó a más de 40 encargados de todo el país, según revelaron investigaciones periodísticas.

Es menester terminar con este tipo de groseras exacciones a los ciudadanos y con la nefasta cultura de la política clientelar. Del mismo modo, debería avanzarse eliminando el tan abusivo como ilegal sistema de fotomultas, cuyo único fin no es el de educar al conductor, concientizándolo de las responsabilidades y riesgos de estar frente al volante, sino seguir contribuyendo a engordar las cajas políticas de gobernantes inescrupulosos.

La Noticia en La Nación

Cómo funciona el Registro Automotor en Estados Unidos: todo lo que tenés que saber del modelo que se aplicaría en Argentina

Noticia de “Clarín”, 25 de diciembre

El presidente Javier Milei incluyó en el DNU que dio a conocer el miércoles modificaciones en el funcionamiento del Registro de Propiedad del Automotor.

Desde hace tiempo, el mandatario electo pone en discusión el funcionamiento del sistema por ser burocrático, poco eficiente, costoso y muy complejo.

También cuestionó el modo de nombramiento de los titulares de la Dirección Nacional de Registro Automotor y expresó que este sistema sería desmantelado como parte de su reorganización de los organismos públicos.

¿Cómo funciona el Registro Automotor en los Estados Unidos?

En Estados Unidos, todos los conductores deben registrar su auto en el Departamento de Vehículos Motorizados (DMV, por sus siglas en inglés) o en cualquier agencia estatal encargada.

Tanto las agencias que venden automóviles nuevos como las que los venden usados, pueden dar comienzo al trámite de registro automotor.

Tramitar el registro automotor estadounidense es obligatorio para todos los vehículos que circulen por la calle y así obtener un código de matrícula asignado al Estado en que vive el conductor. Cuando el proceso finaliza, se obtiene un certificado en papel y dos placas metálicas que contienen dicho número y que deben ser fijadas en la parte trasera del vehículo.

Esto permite que las autoridades y los demás conductores tengan acceso a la información del vehículo y de su propietario, usando el código, en caso de infracciones o accidentes de tránsito.

Este registro automotor estadounidense debe renovarse cada uno o dos años, ya que se debe actualizar el sticker que acompaña a la placa, sustituyéndolo por uno más reciente que refleje el año en curso.

¿Qué necesito para tramitar el registro automotor en Estados Unidos?

Además de contar con una licencia de conducir, para poder utilizar un vehículo legalmente en Estados Unidos, cada conductor debe tener una prueba del registro del mismo.

Para realizar el registro automotor estadounidense por primera vez es necesario tener una serie de documentos. Algunos de ellos son:

  • Formulario de solicitud de registro y/o de título vehicular.
  • Certificado del título de propiedad del auto firmado y con el nombre del vendedor.
  • Licencia de conducir o una identificación estatal de no conductor.
  • Comprobante de pago de las tarifas por el título de propiedad y las placas de auto.
  • Tarjeta de seguro de auto a nombre del conductor.

Los conductores que se mudan a otros Estados tienen un plazo para poder registrar su vehículo usando su nueva dirección de residencia. Este trámite es necesario porque no se permiten usar placas de otros Estados. Por lo tanto, garantiza la obtención de las correctas. A la par, también debe solicitarse una licencia válida en el Estado.

¿Por qué es importante solicitar el registro automotor en Estados Unidos?

Solicitar el registro automotor es importante ya que es la identificación de un vehículo en los archivos de las autoridades.

Gracias a este trámite, el DMV cuenta con información específica de cada vehículo que circula por las carreteras de un estado: modelo, año, marca, color, código VIN, así como los datos personales de su propietario y su número de licencia.

Cuando ocurre un accidente o las autoridades detienen a un conductor por una infracción cometida, solicitan el certificado de registro para verificar la información que reflejan las placas de matrícula.

Además de la licencia de conducir, el seguro del auto y el registro del auto, los conductores deben tener siempre a la mano su título de propiedad.

La Noticia en “Clarín”

Feliz Nochebuena y Navidad para toda la Comunidad

Estamos viviendo tiempos de gran incertidumbre para toda la Comunidad Registral donde el sistema se encuentra cuestionado en su integridad.

Deseamos que la salida a esta conyuntura sea la más beneficiosa posible, congeniando los intereses de los Mandatarios y Gestores, de los trabajadores de los Registros y de la D.N.R.P.A; con los de la sociedad de nuestro país en su conjunto.

¡Felicidades para Todos!