Patentes ilegibles: desde el Registro Automotor informaron que las del Mercosur se cambian sin costo

La infracción al conductor de un automóvil por tener “patente ilegible”, una falta que la Provincia considera “grave” porque entiende que muchos lo hacen para “evitar fotomultas”, disparó una polémica, porque las placas del Mercosur, vigentes en la Argentina desde 2016, sufren deterioros por defectos de fabricación.

Esto implica que hay muchísimos casos en los que no se trata de un ardid de los propietarios de esos vehículos para evitar los radares sino tan sencillamente que el paso del tiempo deteriora la pintura, algo que el propio Estado reconoció a través de una circular vigente que permite su reemplazo sin costo.

Este martes, en «Radio Cuarentena», Roberto Taurizano, Titular del Registro Automotor I de San Pedro, explicó que cuando en 2015 comenzó el reempadronamiento no se advirtió la situación, que luego reclamaron usuarios.

“Evidentemente la Casa de la Moneda, que es la encargada de la provisión de este elemento junto con el ente cooperador, Acara, se fabrican con algún proveedor nacional y las chapas, ninguna partida determinada sino en general, en corto tiempo se han deteriorado, señaló Taurizano.

“Es decir que producto del impacto de los insectos en la ruta, el lavado con hidrolavadora o en lavaderos, se ha deteriorado la pintura. Eso no quiere decir que sea por el exceso de lavado sino que realmente no es de buena calidad el elemento”, precisó.

Una circular dictada por el Gobierno nacional en 2018 desde el Registro Nacional Automotor estableció que “el usuario que se vea afectado por el deterioro de su placa patente se dirija al Registro y con el llenado de una solicitud tipo se solicita la renovación de la placa sin costo”, informó «el sampedrino».

Le otorgamos una placa provisoria en papel, con vigencia de 30 días que se prorroga en el caso de que no haya llegado la nueva patente, y nosotros enviamos esa solicitud, acompañada de la chapa deteriorada, a la oficina de pericias caligráficas, donde ellos determinan que es propio de un defecto y no del mal uso o porque haya sido chocado”.

Desde que la circular está vigente, en San Pedro se han renovado “no un número extraordinario pero sí unas cuantas, indicó Taurizano y reveló que todas las que llegaron acusando deterioro por defecto de fabricación fueron aceptadas por el organismo veedor y reemplazadas por una nueva, sin costo alguno.

No es lo mismo que cuando uno solicita una reposición de placa por extravío, robo o porque se ha inutilizado, en ese caso ya son duplicados o triplicados, según coresponda, que consigna la letra D o T y se otorga con nueva cédula de identificación del automotor que coincide con el duplicado o triplicado de la chapa. En estos casos no, se entrega nueva chapa con la consigna original de la deteriorada”, detalló.

Respecto de lo que ocurre en los operativos de tránsito con este tipo de situaciones, consideró que “quienes tienen a su cargo los controles lo tienen sabido a esto” y quesi bien la ley tiene que ser conocida por todos, en primer lugar debe ser conocida por los funcionarios públicos.

Fuente: La Opinión

Preocupación en la industria automotriz por el ingreso de autopartes

La implementación del nuevo sistema SIRA para regular las importaciones sigue sembrando alarma en la industria automotriz. En el sector autopartista crece la preocupación porque los proveedores del exterior no aceptan el nuevo cronograma de pagos a los 180 días de plazo que establece el actual esquema y amenazan con no enviar insumos, lo cual pone en riesgo la producción y el abastecimiento en toda la cadena, que ya se encuentra “muy tensa”.

“Si no podemos importar dependemos de los actuales stocks, que alcanzan solo para unos días”, advirtió un empresario del sector. Los proveedores del exterior, explicó, no aceptan enviar sus productos si el pago de la importación es autorizado recién dentro de 180 días, como definió el nuevo régimen SIRA que regula el comercio exterior. La problemática afecta a empresas autopartistas de todo tipo, agregó. Los proveedores exigen una garantía o un pago por adelantado para concretar un embarque.

A diferencia del anterior sistema que regulaba el ingreso de las importaciones (el denominado SIMI), el SIRA establece que los pagos de la mercadería serán liberados por el Banco Central en un plazo de 180 días. Cuando regían las SIMI –hasta hace dos semanas-, las autorizaciones podían demorarse, pero en cuanto la importación era destrabada, el Central otorgaba el acceso a los dólares en ese momento. Era el caso de las licencias no automáticas, dentro de las que estaban englobados autos y autopartes.

Los riesgos que implica para un proveedor del exterior una deuda a seis meses con una contraparte argentina representan hoy el principal obstáculo que enfrentan los autopartistas que necesitan importar insumos para producir, explican en el sector. Esa traba se suma a las dificultades operativas que causó la implementación del nuevo sistema en los primeros días. Según el Gobierno, el 50% de las operaciones presentadas en total hasta el momento fueron aprobadas.

Producto de las demoras iniciales en las autorizaciones, en las últimas dos semanas debieron parar la producción durante un día Fiat, Nissan y Renault en Córdoba por falta de insumos. Cuando las autorizaciones llegaron, se retomó la producción. De todas formas, en el sector insisten en que la cadena está “muy tensa”.

El jueves último, las autoridades de Adefa (la asociación de fabricantes de autos) mantuvieron una reunión con funcionarios de la Secretaría de Comercio que conduce Matías Tombolini para solicitarle un achicamiento de los plazos de pago al exterior. Desde la cartera oficial explicaron entonces que el nuevo sistema automatizó datos y estableció plazos de pago a 180 días, pero que serían contempladas excepciones.

El nuevo sistema SIRA buscó unificar en una sola ventanilla toda la gestión del ingreso de los productos importados, como una medida extrema para administrar la escasez de dólares en el Banco Central. El faltante de divisas ya ocasionó problemas a lo largo del año para la industria automotriz, al punto que las terminales debieron ceder parte de su cupo importador a sus proveedores autopartistas, para que no se detenga la cadena de producción.

Fuente: La Nación