En los últimos días, el mercado automotor registró un cambio de tendencia. Después de varios meses con una demanda fuerte y una oferta escasa, que llevó a que se generalicen los sobreprecios y se alarguen las listas de espera, el contexto macroeconómico está golpeando el nivel de actividad. Los dos factores de peso que impulsan este giro son la aceleración de la suba de precios y la baja del “blue”.
Mes a mes, los valores de los 0km vienen recibiendo un aumento de 5% como piso. El año pasado, el incremento acumulado fue de 74%, más de veinte puntos porcentuales que la inflación. También superior a los ajustes que recibieron los salarios. Con estos datos queda claro que la pérdida del poder adquisitivo, respecto al precio de los autos, es significativa. Un dato: en 2019 se necesitaban 17 sueldos para comprar un auto chico, hoy hacen falta 34. Exactamente el doble, tal como adelantó Ámbito la semana pasada.
Mientras el tipo de cambio paralelo subía, quienes tenían dólares ahorrados estaban ante la oportunidad de comprar un vehículo a valores tentadores. Hay que recordar que los precios de los autos se expresan en pesos al cambio oficial. Hacia fin de año y entrado enero se vivió un buen momento en esa relación, cuando el “blue” superó los $220. Esta semana quebró el piso de $200.
Con una simple cuenta se entiende el problema: el dólar no oficial bajó 10%, mientras que los precios, en los últimos tres meses, subieron 15%. La ecuación no es la misma. Los autos se encarecieron en dólares.
El dueño de una concesionaria fue más allá: “Para estar al mismo nivel de septiembre pasado, entre el blue y los 0km, la cotización del paralelo tendría que estar cerca de los $240”.
En los salones de ventas ya sienten el menor movimiento. Aparte de estos dos factores directos, la aceleración de la inflación dispara los costos de mantenimiento de los autos. Sólo hace falta mencionar un ejemplo como el incremento de los combustibles.
Esta situación no quiere decir que van a caer las ventas de 0km. La brecha cambiaria puede seguir siendo interesante para muchos consumidores y la oferta se mantiene restringida.
Hay listas de espera de hasta siete meses en algunos modelos y hay compradores que están aguardando para pagar y retirar su unidad. El tema es que si se mantiene este contexto, es probable que, en los próximos meses, esas esperas disminuyan y se equilibre la oferta con la demanda.
En este punto es importante lo que suceda con el abastecimiento. La falta de unidades tiene que ver por dos motivos. El principal son las trabas para importar que dispone el Gobierno. Parte por la falta de dólares, pero también por una decisión política de incentivar la producción nacional.
La otra causa es la escasez de microprocesadores que afecta a todos los países. Los más poderosos tiene mayor facilidad de entrega, mientras que la Argentina no está en ese grupo. Esto impacta en la fabricación local de 0km que está limitada por el faltante de chips, tanto en las terminales como en los autopartistas. La consecuencia lateral de esa situación es que los precios de estos insumos aumentaron fuerte y producir un 0km es más caro. Esto es un limitante de las ventas. También hay que remarcar que si una fábrica produce una unidad y tiene que elegir entre el mercado interno y el externo, la prioridad la tendrá el comprador del exterior.
Hay que tener en cuenta que el actual es un mercado chico, de unas 30.000 unidades por mes. No está acorde con el promedio de los últimos años ni con la cantidad de habitantes. Por ese motivo, no se espera una derrumbe de las operaciones. Lo que parece estar cambiando es la ansiedad por comprar.
Otro tema a tener presente es la conformación de las operaciones. El 35% corresponden a planes de ahorro. Es decir, una demanda que está programada y no marcará cambios en los próximos meses. Hay demoras de entregas (una marca debe más de 15.000 unidades)
Ente 8% y 10% surgen de las ventas corporativas que no hay señales que vayan a bajar. Del 55% restante, más de 30 puntos porcentuales ya son ventas realizadas que están esperando ser pagadas y entregadas.
Las nuevas ventas representan 20% del total del mercado mensual. Sobre 30.000 unidades, serían apenas 6.000 0km. Sin duda hay 6.000 argentinos por mes que tienen poder adquisitivo para seguir comprando autos. “Ya no es lo mismo que hace unos meses. Hoy cuenta vender un auto”, explicó a Ámbito el gerente de otra concesionaria.
¿Esto hará que desaparezcan los sobreprecios? Este es un tema complicado. Los pagos extras se concentran en los modelos del segmento medio y alto. Son precisamente, los vehículos que más faltan.
En las concesionarias explican que los precios por arriba del valor de lista sugerido es la única forma que tienen para sostener las estructuras. Con un mercado de menos de 400.000 unidades, como se espera para el 2022, y concesionarias montadas para vender 650.000, como marca el promedio histórico, sólo cobrando recargos se puede cubrir los gastos.
Es cierto que muchas empresas redujeron sus estructuras, pero no lo suficiente para el mercado actual. “No es fácil desprenderse de personal con la presión que meten los gremios” se sinceró el propietario de una concesionaria de larga trayectoria.
Si la demanda se apacigua y el mercado se estabiliza en este nivel, la situación financiera de varias empresas va a ser complicada.
Fuente: Ámbito