Con esa frase explica el escritor brasileño Rubem Fonseca (1925-2020) el andar floreado de los habitantes de Río de Janeiro en su libro “Romance Negro”.
Nada tan similar al clima social que juzgo se vive en este momento del país. Y una llave muy especial abrió esta ventana…
Porque si un equipo de fútbol argentino pudo consagrarse el mejor entre los mejores del mundo a 13.200 Km de distancia, al oeste de continente asiático, en el tan peculiar Estado de Qatar, donde se reunían entre otros los más poderosos del planeta…
¿Quién va a quitarnos la esperanza de revertir la magra situación económico-social que como país vivimos desde hace tantas décadas? Luego de la epopeya asiática…
¿Alguien se atrevería a decir que ello es “Imposible”?
Tanto oficialistas como opositores están embuidos en este clima, y las próximas elecciones de octubre son el horizonte cercano donde unos y otros pueden plasmar sus ideales ¿O alguien luego de Qatar puede decir que estamos ´predestinados a la derrota´? Creer en ese destino es tan sólo alimentarlo.
Proyectemos ideas de crecimiento, de buena gestión, de buena conducta, y caerán inexorablemente sus realidades.
Alejandro Puga
Director Periodístico