- Mezclar o alternar el tipo de nafta es una práctica usual en países como Argentina con penurias económicas.
- Pese a pagar un poco menos mezclando, las consecuencias serán graves para el auto. A qué exponemos nuestro auto con esa práctica.
Noticia del diario «Clarín», 21 de julio de 2024
Los fabricantes de automóviles informan, con claridad, cuál es el combustible más adecuado para que sus motores funcionen correctamente, por mucho tiempo.
En este sentido, los autos con motores de combustión interna tradicional funcionan bien con nafta súper. Los más modernos, equipados con motores turbo, o supercargador, necesitan de la nafta premium.
Muchas veces un conductor puede ponerle nafta súper a un coche que necesita premium. Puede ser por equivocación o porque desea ahorrarse unos pesos, porque el costo de cada una de esas naftas es diferente, claro.
Existen otros casos, en los que el dueño del auto decide mezclar ambos tipos de nafta. Aunque ello no representa un daño inmediato en el motor, a la larga tendrá consecuencias para nada deseadas.
El mercado de combustibles ofrece, en síntesis, dos tipos de nafta, la súper y la premium, cuya principal diferencia es el octanaje: 95 para la primera y 98 para la segunda.
Otra diferencia es el precio. En julio de 2024 el litro de súper de YPF costaba en la ciudad de Buenos Aires $ 941; mientras que el litro de Premium de la misma marca se conseguía pagando $ 1.161.
Así, llenar el tanque de un auto mediano (50 litros) en julio de 2024 costaba $ 47.050 con nafta súper; y $ 58.050, con nafta premium. Una diferencia de $ 11.000, mucho en una economía ajustada.
Respecto a la súper, la principal petrolera del país, YPF, informa en su web que esta ha sido “formulada especialmente para brindar la máxima respuesta a la exigencia del motor, ayudando a alcanzar su mejor performance”. Agrega que su “calidad ha sido homologada internacionalmente por el programa de certificación TOP TIER, del que participan los principales fabricantes de vehículos”.
Luego añade que “este producto incorpora en su formulación un equilibrado paquete de aditivos que le confiere los siguientes beneficios: óptima limpieza del sistema de admisión e inyección; excelente protección a la corrosión y la herrumbre; mayor vida útil del sistema de tratamiento de gases y elevada calidad octánica para una mejor respuesta y performance”.
El producto “estrella” de YPF, sin embargo, es su nafta premium Infinia, creada, según la empresa, para satisfacer las necesidades de motores modernos, cada vez más eficientes y compactos.
Los agentes TRF, presentes en esta nafta premium, actúan como una película protectora entre las paredes del cilindro y el pistón, lo que protege del desgaste y también contribuye a un mayor consumo de combustible.
Consecuencias directas de mezclar naftas
Al mezclar las naftas hay que tener en cuenta que la diferencia de octanaje significa que las naftas premium pueden resistir mejor la compresión ocurrida antes de detonar, algo muy importante para los motores con turbo o supercargadores.
La mezcla con súper aumenta el riesgo de que haya detonaciones prematuras y puede producir daños a largo plazo.
La mezcla también puede producir un ciclo de combustión ineficiente que reduce la potencia y aumenta el consumo de combustible y de emisiones de gases contaminantes. A largo plazo, esto se traducirá en mayores costos de mantenimiento.
Precisamente, cargar ambas naftas durante bastante tiempo produce fallas en el encendido y daños severos en el motor.
Finalmente, si el auto todavía está en garantía, esta garantía puede quedar invalidada si el propietario ignora las recomendaciones sobre el tipo de combustible.