Noticia de Motor1, 15/05/23
En 1906 se disputó la primera carrera en rutas abiertas de Sudamérica. Se llamó Recoleta-Tigre y el desafío consistía en unir en dos etapas (ida y vuelta) esos dos lugares separados por apenas 19 kilómetros. Hoy parece una competencia sencilla, pero la propuesta se vuelve muy interesante cuando el plan es seguir cubriendo ese trayecto en autos de época.
Este fin de semana se celebró una nueva edición de la Recoleta-Tigre, organizada por el Club de Automóviles Clásicos. Se inscribieron 54 autos y motos, largaron apenas 50 y alrededor de 45 llegaron a la meta. Hubo vehículos de combustión interna y a vapor, con dos exhibiciones abiertas al público para apreciar las reliquias en todo su detalle (el sábado, en Recoleta y ayer domingo, en Tigre).
El único límite para participar es que el vehículo haya sido construido antes de 1918. De esa manera, queda asegurado un fabuloso desfile de ruidosas carrozas con motores de los más variados, con el agregado de los participantes vestidos de época: lo que completa al evento de autos más elegante de Argentina. A lo largo del trazado de la Avenida del Libertador, con una parada en el Casco Histórico de San Isidro, se pudo ver un espectacular desfile de Anasagasti, Cadillac, Fiat y Peugeot de preguerra, todos en un estado de conservación de museo.
Desde «Motor1 Argentina» acompañaron la caravana desde un móvil de exteriores un poco más moderno: un Ford A de 1927, perteneciente a la flota de vehículos de El Hub Garage, de Tito Barreiro. Su descapotable (con «porta suegra») tenía el pique y la confiabilidad necesarias para llegar mucho antes a cada lugar destacado del recorrido. No hubo preparación previa: antes de partir, sólo revulcanizaron los neumáticos y lo llenaron con destilado de petróleo.
En la Recoleta-Tigre no hay ganadores ni premiados. Llegar a la meta en el Museo de Arte de Tigre ya es todo un logro para el desfile de autos históricos más antiguo de Sudamérica. Las fotos y video de Freddy Pereyra y Orly Cristófalo los pueden encontrar aquí.