La mirada de la industria automotriz está principalmente puesta este año fronteras afuera del país. Mientras que para las exportaciones se espera que haya una buena evolución, para las ventas en el mercado interno se estima, en cambio, que habrá una nueva caída.
Según las proyecciones de la consultora Abeceb, en este 2019 se venderían en el país unas 680.000 unidades (15% menos que en 2018). En el Gobierno entienden que el año será inverso al anterior y creen, entonces, que habrá un primer semestre flojo y una segunda mitad con recuperación. «El volumen de consumo será inferior al de 2018», admite el secretario de Industria, Fernando Grasso.
Hasta tanto no se recupere el poder adquisitivo del salario, los especialistas no prevén un repunte de las ventas internas. Y el financiamiento, según explica Franco Roland, economista de Abeceb, no será un factor que pueda influir positivamente. «Las tasas están muy altas, los planes de ahorro atraviesan una coyuntura complicada y, una vez que baje el stock, las empresas frenarán las bonificaciones y ajustarán los precios», considera.
En cuanto a la producción, las perspectivas hablan de un año similar a 2017, con la fabricación de unas 500.000 unidades, cifra sostenida por un «nuevo salto» exportador. Al exterior, según estiman en la consultora, se venderían unos 310.000 autos (10,7% más que en 2018), gracias a un Brasil que «crecerá fuerte» y a que seguirá la inserción en otros países de América Latina y también en países extrazona.
«La Argentina volverá a ser polo de exportación y los valores se ubicarán a niveles de entre 2011 y 2013; no hay margen para que ese ratio sea más bajo, porque el tipo de cambio real está significativamente más alto que antes, a niveles de 2011. Las retenciones y los reintegros complican, pero dejarían de operar después de 2020″, dice Roland.