Ford puso en marcha la semana pasada la preventa de la nueva Bronco Sport. Es la flamante SUV para el Segmento C (compacto), que recupera un nombre mítico para la marca del Óvalo. Se lanzará a la venta oficial en abril .
Este será el primer lanzamiento de Ford en la Argentina tras la restructuración de la marca en el Mercosur, en enero pasado. Esto implicó el cierre de todas sus fábricas en Brasil, la reducción de la red de concesionarios en toda la región y -al mismo tiempo- el anuncio de inversiones para fabricar las nuevas Ranger y Transit en Argentina y Uruguay.
Este cambio en la estrategia de la marca del Óvalo ya comenzó a reflejarse en las estadísticas de patentamientos. Ford había terminado el 2019 como la quinta marca más vendida en la Argentina. En 2020 cayó al sexto puesto. Y, para febrero de 2021, ya ocupaba el séptimo lugar.
Ahora, más allá de la lamentable pérdida de puestos de trabajo y la desazón de los clientes que consumían esos productos, ¿caer en el ranking de ventas es una mala noticia?
No siempre. Todo depende de los objetivos de la marca.
Audi, BMW, Mercedes-Benz y Lexus saben que nunca van a encabezar esa tabla de posiciones, porque su objetivo es otro: una firma premium basa su estrategia en la exclusividad y la rentabilidad (“cuánta plata gano con cada auto vendido”).
Al abandonar los segmentos de los autos más accesibles y exitosos en ventas, Ford parece querer reinventarse como una marca premium, más allá de mantener su especialidad en vans y pick-ups. Es todo un cambio de paradigma para la compañía cuyo fundador, Henry Ford, pasó a la historia por haber convertido al automóvil en un transporte de masas, accesible para la clase trabajadora.
La nueva Bronco Sport es un buen ejemplo de esa estrategia: sus precios arrancan en 44.200 dólares y esta versión 2.0 EcoBoost Wildtrack -que ahora está en el garage de Autoblog– trepa a un valor de lista de 54 mil dólares.
Convertirse en una marca premium implica mucho más que cobrar precios elevados. La estrategia debe venir acompañada por productos de primer nivel, tecnologías innovadoras, diseños carismáticos, una atención al cliente de excelencia y una imagen de marca tan deseada que justifique pagar el costo extra.
Por supuesto, no es un objetivo que se logre de un día para el otro. Ahí está el ejemplo de DS Automobiles, que lleva años trabajando para ser considerada una marca premium. Son varias las automotrices que hoy buscan el mismo objetivo, porque el premio es tentador: ser exitoso en la venta de autos exclusivos es garantía de una mayor rentabilidad.