La Cisitalia Abarth abandonada en Bahía Blanca volvió a correr en Italia

Desde Piacenza (Italia) La Cisitalia Abarth D46/48 número de chasis 0031 es un pequeño monoposto con una enorme historia internacional y, por sobre todo, con una importante historia en Argentina.

Diseñada para Piero Dusio (patrón de la Cisitalia), Dante Giacosa y Giuseppe Savonuzzi, pero carrozada por Carrozeria Motto en Torino, en la atormentada postguerra de 1946, nació para competir en la categoría “Voiturettes”: la Fórmula 2 de la época. Este auto ganó el campeonato Italiano de F-2 con Felice Bonetto en 1947, con la Scuderia Piero Dusio. Después participó en varias “Grand Epreuves”, las carreras que se disputaban en el Viejo Continente entre autos de varias cilindradas, edades, orígenes y proveniencias antes de la creación del campeonato mundial en 1950. Allí corrieron varios pilotos de gran fama como Achille Varzi, Giuseppe Farina, Piero Taruffi y el mismo Dusio.

En 1949, la Cisitalia Abarth, ya bastante veterana, participa con la nueva Scuderia Abarth y finalmente, en 1953 cruza el océano de la mano de Piero Dusio, con todas las Cisitalia destinadas a crear la fábrica Autoar, en Argentina.

Este auto participó en el Gran Premio de Argentina de Fórmula 1 en 1953, todavía con su motor 1200 original de origen Fiat, conducido por Alberto Crespo. Y en 1955, siempre con Crespo (pero ya pintada en azul y con motor Alfa Romeo 6 cilindros). En 1956 fue modificada nuevamente para participar en el campeonato Midgets del Sur, categoría muy popular en la época, donde fue campeón en los años ‘57 y ’58, con Manuel Benamo (Bahía Blanca).

Enormemente abusado y modificado, el auto fue abandonado hasta que a fines de los ’70 fue descubierto en una peña de Bahía Blanca por un joven estudiante de medicina, Sergio Lugo: el famoso “Dottor Cisitalia”, reconocido mundialmente por su enorme competencia sobre la marca, lo reconoció por algunos detalles que mostraban su alto linaje y después de varias peripecias pudo comprarlo.

Después de un enorme trabajo de investigación que duró décadas (en un mundo sin internet) fue finalmente restaurado por Jose María Pedota y llevado al gran esplendor que luce hoy.

El monoplaza fue devuelto al “Bell Paese” de la mano de su propietario, donde fue vendido antes de su deceso. Ahora está en las buenas manos de Edoardo Magnone, coleccionista y presidente del Registro Fiat Abarth Italiano, el cual lo usa regularmente en revocaciones como el Grand Prix Historique de Monaco o en la fabulosa Vernasca Silver Flag que se celebró días atrás, un delicioso evento de trepadas para autos de competición de todas las épocas.

Fuente: AutoBlog

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