Automotrices aún no saben si ganan o pierden tras doble medida del Gobierno

Impuestos industria automotriz

El jueves 2 de mayo el secretario de Industria de la Nación, Fernando Grasso, les había adelantado a los empresarios cordobeses que participaban de la cena del aniversario de la Cámara de Industriales Metalúrgicos lo que luego se concretaría: la restitución de los valores para los reintegros de impuestos a exportaciones de autos en el Mercosur. El adelanto a los empresarios cordobeses tenía un motivo. Fueron ellos, a través de un estudio elaborado por la consultora Economic Trends, los que se movilizaron para mostrar el impacto negativo que había tenido en todo el entramado de producción automotriz y autopartista la disminución de reintegros de impuestos. Los metalúrgicos sabían que si usaban las audiencias con las autoridades nacionales para reclamar o protestar por el aumento impositivo perderían sus chances. Por eso idearon una propuesta que contemplaba mostrar el impacto positivo de aumentar los reintegros, ponderando la obsesión oficial por los resultados fiscales.

Las terminales automotrices que exportan vehículos -en Córdoba son Fiat, Renault, Nissan e Iveco- y, por efecto derrame, sus proveedores cordobeses de piezas y partes habían quedado muy golpeados desde el segundo semestre de 2018. A la fortísima caída de las ventas se sumó la imposición de retenciones de tres pesos por dólar exportado. Y lo que terminó por fracturar los balances de las empresas con perfil exportador fue la decisión, en septiembre pasado, de bajar los reintegros de impuestos por exportaciones de 6,5% a 2%. Ese combo dio vuelta los números de los productores de autos. En el complejo industrial Ferreyra, por caso, afirmaban que pasaron de un escenario de números azules a perder entre US$500 y US$600 por cada auto exportado.

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