La obligatoriedad de incorporar control de estabilidad de serie en todos los vehículos cero kilómetros a partir de enero de 2018 fue borrada de un plumazo gracias al lobby de las terminales. Pero, ¿por qué es tan importante que nuestro auto cuente con este sistema?
Este elemento de seguridad, mediante un cerebro electrónico, acciona los frenos y le quita potencia al motor, estabilizando el auto en maniobras peligrosas. Trompos y subvirajes muy acusados pueden ser corregidos automáticamente por este sistema.
Se transforma en tangencialmente necesario, cuando nos encontramos bajo la lluvia o sobre terrenos poco adherentes donde se hace mucho más fácil perder el control del vehículo de forma inesperada.
Trabaja siempre junto al control de tracción y el ABS, transformando accidentes en sustos.
A principios de este año tendría que haber entrado en vigencia la reglamentación que exige a todas las terminales automotrices comercializar únicamente vehículos livianos con ESP de serie. Desde las versiones base, hasta las más equipadas. Esto no sucedió, de hecho, se prorrogó la obligatoriedad hasta 2020.
Viendo todo el accionar de los grandes emporios del automotor, cualquier persona que analiza la situación unos pocos minutos puede pensar que el ESP debe ser muy costoso para los fabricantes, pero no es así: se estima que colocarle ESP a un vehículo, que ya dispone de ABS, tiene un costo para el fabricante de tan solo 60 dólares.
Fuente: Parabrisas.com