Con la aprobación del Senado que se logró el miércoles, el conflictivo tributo que desde 2014 afecta algunos 0km fue eliminado. A dos años de su llegada a la Casa Rosada, el Gobierno pudo cumplir con su primera promesa para la industria automotriz: eliminar el impuesto interno.
Si bien el cumplimiento fue a medias (se sacó solo la primera escala), es un paso para aliviar a los fabricantes locales y dejar de lado las especulaciones en el segmento medio del mercado, uno de los más vendidos y que estaba al límite del tributo.
Por otro lado, los modelos que seguirán afectados son aquellos que superen los $900.000 al momento de salir de fábrica, es decir, sin impuestos. Aunque también hubo cambios: desde ahora la base imponible se modificará mediante un índice de precios al consumidor.
Hasta el momento, el Gobierno definía el valor a considerar y lo que hacía era modificarlo cada seis meses o dejarlo intacto como sucedió la última vez.
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