En las automotrices quieren mantener buen diálogo con el Gobierno. Saben que no son tiempos de confrontar ni interlocutores para hacerlo. En una pulseada, saldrán perdiendo. Es por eso que se viven días en donde las declaraciones amistosas y anuncios positivos se multiplican, muchas veces sin demasiada justificación. Incluso, se llegan a difundir comunicados, como el que se conoció de ADEFA la semana pasada, en los que se celebra una mala noticia, como el reconocimiento de que el Gobierno oficializaba que le pone un techo al crecimiento del mercado mediante un cupo para importar. El enojo en Brasil por las restricciones llevó a sacar ese texto a las apuradas, a última hora del lunes pasado, para cumplir con los deseos de los funcionarios que querían enviar señales de cordialidad al país vecino. Todo sea para el bien general. Sin embargo, no es eso lo que se vive en el mundo real, el que no se crea en base a palabras edulcoradas sino a los hechos fríos. En ese ámbito, el clima es distinto.
Uno de los temas que más preocupa al Gobierno es el déficit del sector. Es por eso que se pone en primera línea la necesidad de acelerar el proceso de nacionalización de autopartes. Ya se habló en esta columna de la encuesta realizada por la asociación que agrupa a las fábricas de piezas (AFAC) en la que consultaba sobre los motivos de la salida de empresas del país. El sondeo fue llevado a cabo por sugerencia del Ministerio de Desarrollo Productivo. En esa línea, se enmarca otro estudio que está en marcha. En esta ocasión, es ADEFA la entidad que está trabajando en un informe sobre las posibilidades atraer inversiones para la localización de piezas. Esta entidad suele realizar informes sectoriales con cierta frecuencia, de los cuales Ámbito tuvo la oportunidad de publicar a la mayoría en forma de primicia, gracias a las gestiones del misterioso Sr 5. Este nuevo estudio estará centrado en el tema autopartista y se dividirá por segmentos: autos, pickups y vehículos comerciales. Esa será la novedad principal ya que el resto será una recopilación de los últimos trabajos de la entidad en los que se reclamaba baja de la presión impositiva, financiación y otras medidas.
En las automotrices saben que es una iniciativa para encuadrarse con la línea del Gobierno aunque de poca efectividad. “La situación del autopartismo es muy delicada y más que pensar en cómo atraer inversiones lo que tenemos que hacer es intentar que no se vayan los proveedores que aún tenemos” explicó el directivo de una automotriz, dejando de lado el discurso público. En los últimos diez años se fueron del país unas 47 empresas, 17 de ellas entre 2019 y lo que va del 2020. Esto debido a la falta de competitividad, altos costos de producción, presión impositiva y falta de previsibilidad. La mayoría, concentró las operaciones en Brasil para exportar hacia la Argentina. Es por eso que en el sector piensan que se necesitan medidas urgentes para frenar ese éxodo para después pensar en la llegada de nuevas empresas. Se apunta a la poca factibilidad de medidas que se impulsan debido a que no se acompañan con soluciones reales. “Hablar del ‘compre nacional’ es muy atractivo pero, pasan los años, y se sigue insistiendo en eso como si fuera hecho mágico. Para lograrlo hay que generar las condiciones necesarias para que sea más conveniente comprar en el país y no en el exterior. No es un deseo que se pide a la noche y se cumple a la mañana. Se necesita que el Estado haga algo” señalaron en otra automotriz.
Fuente: Ambito