En una economía con precios descontrolados, el sector automotor no se queda atrás. En los primeros seis meses del año, los 0km tuvieron un incremento promedio de alrededor de 35%.
Esta suba supera la inflación estimada para el primer semestre –aproximadamente 26%- y triplica la evolución del dólar oficial, que muestra una variación del orden del 11% desde el último día del 2020. También está por arriba de la recomposición que tuvieron los salarios.
Hay distintos motivos que explican esta situación. Por un lado, las automotrices están recuperando rentabilidad, después de dos años, como el 2018 y el 2019, en el que las ventas se sostuvieron por las fuertes bonificaciones.
En ese momento, existía una sobreoferta de vehículos, especialmente por las los 0km que venían de Brasil, afectado por una caída interna de la demanda.
Ese festival de descuentos implicó que fábricas y concesionarias operaran con mínimos márgenes de ganancias o, incluso, a pérdida.
Otra explicación de este fuerte ajuste de los precios tiene que ver con el faltante de vehículos que se registra en la actualidad, principalmente, por las trabas de las importaciones.
También es cierto que la producción no puede tomar el ritmo necesario por las restricciones sanitarias que existe, sumado a problemas logísticos del comercio exterior como consecuencia de la pandemia.
Esto se produjo en un momento de aumento de la demanda desde el año pasado, por efecto de la brecha cambiaria, con autos con precios en pesos en base al dólar oficial. El beneficio que ofrece la diferencia con la cotización volcó a muchos consumidores a las concesionarias.
La conjunción entre faltantes de 0km y una demanda estimulada por el dólar permite que las fábricas ajusten sus precios en esta magnitud. El dato surge de la evolución de los precios de los tres modelos más vendidos en el semestre: Fiat Cronos, Toyota Hilux y Volkswagen Amarok.
Sin embargo, el clima en el sector está cambiando. Si bien hay una demanda insatisfecha por la falta de unidades, en las concesionarias reconocen que el flujo de clientes no es el mismo de dos o tres meses atrás.
Es bueno destacar que la escasez de modelos se produce, básicamente, en el segmento medio y alto. En los segmentos más bajos, el abastecimiento es algo mejor.
Según estimaciones del sector, el mercado de junio rondaría las 34.000 unidades. Todo dependerá de la liberación de vehículos que realice la Aduana.
En las últimas semanas, las terminales agrupadas en ADEFA, perciben una demora en la aprobación de las importaciones. En mayo, según estimaciones de las empresas, tuvieron un faltante de unos 4.000 vehículos respecto a lo que se preveía que serían autorizados a ingresar. En lo que va de junio, todavía el Gobierno no autorizó importación de autos.
De mantenerse a este ritmo, para todo el 2021, los precios de los autos podrían crecer 80% o más.
Fuente: mdzol.com