Como muchos otros servidores públicos, los policías están expuestos al coronavirus. Es por eso que Ford desarrolló un sistema para minimizar los riesgos de contagio en los patrulleros de los Estados Unidos.
La solución que encontró la marca del óvalo es simple: a través de un software, el habitáculo del vehículo se “hornea” a una temperatura de 56 grados Celsius durante 15 minutos, el tiempo suficiente para ayudar a desinfectar los puntos de contacto del vehículo. El calor tiene la capacidad de filtrarse en grietas y áreas difíciles de alcanzar, lo que ayuda a reducir el impacto del error humano al aplicar desinfectantes químicos.
Este dispositivo que utiliza el sistema de propulsión y el control del clima para calentar el interior, está disponible para su utilización en todos los vehículos Police Interceptor Utility de 2013-19 en los Estados Unidos, Canadá y otros países del mundo. El software monitorea automáticamente las temperaturas interiores hasta que toda la cabina alcanza el nivel óptimo.
Fuente: Parabrisas.com