La edad del parque automotor argentino: ¿tenemos autos muy viejos?

Muchas de las preocupaciones de los usuarios por lo que cuesta mantener en buen estado los autos modernos tienen directa relación con su tiempo de uso. Ver en la calle autos con 30 años de vida es natural, pero los autos modernos no fueron pensados estar tanto tiempo en las calles.

Una imagen frecuente en argentinas: un auto del año 2000 y uno del 2020 estacionados en la misma calle

Noticia de “Infobae”, 25 de febrero

Probablemente sea algo que le ocurre a muchas personas. Cuando sus autos superan los 12 a 15 años de antigüedad, de pronto el revestimiento del tapizado de las puertas se empieza a despegar del molde que lo tenía solidariamente adherido copiando su forma, generando que se forme un globo de aire de una tela muy delgada que queda casi suelta. Al poco tiempo, indefectiblemente, ocurre lo mismo con el techo, pero esto es más visible porque de un día para otro, aparece una especie de bolsa de aire colgando. ¿Por qué ocurre esto? ¿Es mal uso de los vehículos o es la edad de los materiales y el auto se puso viejo?

No es un tema cómodo de abordar para los actores de la industria. Es difícil explicar por qué los autos ya no se hacen como antes. Para muchos analistas del sector, existe lo que se llama “falla programada de materiales” o “calendario de muerte anunciada de componentes”, que convierte a los autos modernos en vehículos menos perdurables.

Los autos con más de 30 años se ven en todas las calles de las ciudades argentinas

¿Los autos actuales son peores que los de hace 30 años? En algunos aspectos sí, en otros no. Antes los vehículos tenían paragolpes de acero, la chapa tenía otro espesor, se usaba más el cuero, los motores eran más grandes y las carrocerías más voluminosas. “Las puertas cerraban mejor, eran más pesadas. Ahora parecen de lata”, se suelen quejar los usuarios que tuvieron autos en los años 80 o 90 y vieron la transformación.

Pero más allá del costo, del que hablaremos después, esos autos eran menos seguros, porque esa misma fortaleza estructural impedía absorber los impactos y todo repercutía en el cuerpo de los ocupantes. Y también eran menos ecológicos, porque además de usar materiales que hoy se están dejando de aplicar, como los tapizados de cuero, al ser más pesados consumían más combustible, y por lo tanto contaminaban más. No es una excusa, es sólo una de las razones fundamentales.

Sin embargo, también hay cuestiones económicas que explican el fenómeno. “Lo que ocurre es que en los mercados en los que se diseñan estos autos, el recambio se produce antes de los 10 años, la renovación es más rápida. Y como la tecnología actual es mucho más costosa que la de hace 20 años, se busca un equilibrio en los materiales, al menos para exportar o para fabricar en mercados menos desarrollados como el Latinoamericano, donde el precio es importante para la decisión de compra. No es que son de peor calidad, sino que tienen una vida útil más corta”, aseguraron desde una fábrica automotriz.

Los autos más antiguos no tienen la tecnología de tratamiento de gases de escape y por lo tanto contaminan más que los modernos

La realidad es que un auto importado del año 2000, por ejemplo un Toyota Corolla japonés como los que llegaron al país en el comienzo de este siglo, muestra los signos del desgaste pero mantiene los tapizados perfectamente pegados aún hoy, mientras que un auto equivalente en segmento de la misma o cualquier otra marca que se fabricó en el Mercosur en el 2010 probablemente no.

“Es cierto, pero también se puede deber al uso o las condiciones en las que transcurre su vida cada vehículo, porque seguramente no es lo mismo un auto que se guarda en garage cada noche, que uno que siempre ‘duerme afuera’, por lo que está expuesto a las inclemencias del tiempo, que incluyen alcanzar los 50° C en el interior cuando está todo el día al rayo del sol”, aportaron como posible argumentación.

“El 48,3% de los autos argentinos tienen una antigüedad superior a los diez años, y más del 20% supera los 20 años”

Parque automotor antiguo
Algunos días atrás, durante una reunión con la prensa especializada en el marco de la inauguración de la planta de ensamble de su nuevo modelo Hiace en Zárate, el Presidente de Toyota Argentina, Gustavo Salinas, mencionó que cuando vienen delegaciones de ejecutivos de Japón a Argentina, es habitual que le comenten lo sorprendidos que están de ver tantos vehículos que tienen entre 20 y 30 años de antigüedad.
“Uno se acostumbra a ver el parque automotor nuestro, pero el que viene de afuera te dice ‘¿Qué parque viejo tienen?’. Están yendo por Panamericana, una de las arterias más importantes, y ven autos de hace 20 años, o de 30 años. Ellos no lo pueden creer”, dijo el ejecutivo. “Eso, en algún momento, Argentina tiene que actualizarlo. Y ahí sería cuando volvamos a tener un mercado de 700.000 u 800.000 vehículos al año. Hace cuatro años que estamos en torno a las 400.000 unidades”, completó.


¿Esa percepción es real? Según el último informe de AFAC (Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes), publicado en junio de 2023 con los datos recopilados durante 2022, el parque automotor vigente circulando por todo el país es de 15.079.041 vehículos, y la edad promedio es de 13 años de antigüedad. Además, la misma entidad asegura que para mantener la edad promedio actual, se necesitaría vender más de 1.100.000 vehículos nuevos cada año. Sin embargo, considerando las estimaciones del mercado, después de llegar a 450.000 unidades en 2023, las previsiones más optimistas dicen que en 2024 se venderán cerca de 380.000 autos nuevos, lo que implica que se sostenga ese “envejecimiento del parque”.

Con salir a recorrer las calles de cualquier ciudad argentina, es frecuente encontrar muchos autos con la patente de tres letras y tres números, es decir anteriores al año 2016. Y muchos también con esa misma placa que comienza en las letras R a la Z, lo que significa que son vehículos que fueron repatentados cuando se implantó aquella matrícula, y por lo tanto pertenecen a un modelo anterior a 1995.


Así está la región
Según las estadísticas que publica Alephee, la plataforma digital que provee soluciones para toda la industria del automóvil, el parque automotor de Latinoamérica tiene un promedio alto con picos de hasta 15 años de antigüedad en algunos países, pero además, el crecimiento anual está dado mucho más por un aumento de autos usados y refaccionados que a la renovación con modelos 0 km.

Brasil, el principal socio comercial de Argentina y segundo mayor fabricante de autos de la región, sigue aumentando la edad de su parque automotor que en 2014 era de 8 años y seis meses, y ahora, una década después, es de 10,7 años. México, el mayor productor automotriz de Latinoamérica también padece de autos viejos en sus calles, con un promedio mayor aún que ya alcanza los 16 años. En Colombia, otro país con producción automotriz propia aunque en menor escala que la de Argentina, la edad de los automóviles ronda los 13 años, mientras que en Chile, que no tiene industria y los autos son 100% importados, la edad promedio es de 9 años.

Para tener como referencia, la edad del parque automotor en Estados Unidos es de 12,5 años, bastante alta, pero no se puede desconocer que la calidad de materiales en general en los vehículos norteamericanos tiene una vida útil mucho más prolongada también. En Europa, en tanto, la medición se hace de un modo diferente, contabilizando el porcentaje de autos que tienen más de diez años para establecer qué país tiene el parque automotor más antiguo.

Así, Mientras Rumania, Grecia y Polonia, tienen entre el 80 y el 86% de los autos con más de diez años, España tiene el el 63,9% e Italia el 58.9%. En el otro extremo, Luxemburgo tiene apenas el 25% del parque con más de una década, mientras países claves en la industria como Inglaterra, Alemania y Francia van desde el 41 al 51 por ciento.


Perjuicios de tener muchos autos viejos
Tener autos viejos presenta varios problemas para un país. En primer lugar, claramente identificado como el más importante, por cuestiones de seguridad. Los autos más viejos no tienen elementos de seguridad pasiva y activa básicas que los modernos sí tienen. Esto va desde lo esencial como cinturones de seguridad para todas las plazas y espejo retrovisor derecho, hasta airbarg y ABS. Pero a la vez, son autos cuyo diseño tiene que ver con otra concepción por ejemplo para la deformación ante un impacto o la capacidad de daño que pueden causar ante un atropello.

En segundo lugar, los autos más antiguos tampoco tienen los modernos sistemas de tratamiento de los gases de escape, por lo tanto contaminan más el medioambiente, por lo que el daño que causan es global y no puntual a quien lo usa o contra quién sufre un accidente.

Finalmente, muchos suelen superar los 200.000 o 300.000 kilómetros, y salvo los coleccionistas de autos clásicos o los fanáticos de determinados modelos a los que conservan en perfecto estado mecánico, lo más frecuente de encontrar es que estos autos no hayan tenido el mantenimiento adecuado a lo largo de 20 o 30 años, por lo tanto las roturas comienzan a ser cada vez más frecuentes debido a que, como un efecto dominó, cuando no se cambian determinadas piezas, el mal funcionamiento genera una rotura de otro componente.

Cómo modernizar el parque automotor en un país con una crisis económica de la magnitud de la que sufre Argentina es todo un desafío. Para quienes fabrican localmente, la solución viene atada a la mejora de las condiciones macroeconómicas generales, y por lo tanto, del poder adquisitivo de los consumidores, pero también de la reducción de algunos de los impuestos que padece la industria y que en promedio alcanzan el 54% del precio de un auto nacional 0km. Para los importadores la solución es diferente. Ellos sostienen que la última vez que hubo una gran apertura de la importación sin tasas arancelarias como la actual del 35%, el salto de calidad del parque automotor argentino fue notable porque se modernizó completamente el tipo de vehículo promedio.

La Noticia en Infobae

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