A la altura de Dios

Messi fue todopoderoso en los casi 3000 metros de Quito y nos lleva a Rusia. Luego de un comienzo angustiante, Leo dio cátedra, encontró socios en Di María y Enzo Pérez para hacer tres golazos y clasificarnos al Mundial.

Por él y gracias a él estamos acá. El Dios verdadero nos dio una mano en la altura de Quito, y el Dios del fútbol actual hizo lo que se le ve hacer seguido en Barcelona. ¡¿Qué se te pasó por la cabeza con ese mazazo antes del minuto?! En la fría capital ecuatoriana se sentía más que nunca la sensación de estar realmente afuera, pero de verdad, como nunca, y más viendo de cerca las caras y los gestos de Mascherano, Otamendi y compañía.

Era jugar con mil kilos de explosivos en la espalda, hasta que por suerte el que explotó fue Messi. Y con ese festejo/enojo fue a buscar la bola adentro del arco para seguir, no había que parar. Y unos minutos después volvió a explotar solito, con esa corrida, ese zapatazo furioso y ese éxtasis en el Atahualpa, con el resto de sus compañeros haciéndole montaña de alegría. Y el show siguió hasta emocionar, haciendo poner la piel de gallina en el palco, generando gritos y abrazos hasta de quien se emociona mientras escribe.

Fuente: Ole.com

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